La tecnología acerca a las familias, sobre todo durante esta crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus.

Las residencias para personas de la 3ª edad de la provincia de Alicante mantiene las restricciones restriccionesque impiden a sus usuarios salir de estos complejos y que a su vez tampoco les permite recibir visitas. Por eso, las personas que atienden a los mayores en estos espacios los ayudan a contactar con su familia a través de vídeollamadas, de llamadas de voz o de WhatsApp.

"Solo el personal médico, de enfermería, limpieza, etc. Pueden acceder y abandonar el centro, siempre cumpliendo con un estricto protocolo de seguridad y de higiene", según explica Miguel Ángel Palacios, nieto de una beneficiaria del Centro de la 3ª Edad de Foietes. Palacios explica que, según lo que le relata su abuela "los mayores que viven ahí están preocupados por la siutuación que se está viviendo fuera, pero tranquilos porque los cuidan muy bien".

Estela Ortuño también tiene a su abuela en esa residencia, ella subraya que "no estamos preocupados porque allí los asistentes son muy profesionales y cercanos". Relata que ayer su abuela sufrió una caída y que inmediatamente se pusieron en contacto con los familiares para explicarles la situación y para tomar las decisiones oportunas en cuanto a la atención médica. Indica que en un principio querían llevar a su abuela al Hospital de La Vila Joiosa, pero que desistieron porque eso implicaría ponerla en riesgo e incluso la pondrían en cuarentena, por lo que optaron por dejarla en observación en el mismo centro y darle paracetamol para el dolor, "algo que dio buen resultado puesto que hoy se siente mucho mejor".

Ambos destacan que a los usuarios no les falta de nada, aseguran que el personal está administrando los recursos para que los mayores estén bien atendidos y que las familias pueden llevar dinero para que esos mismos trabajadores les compren lo que necesiten. El dinero se entrega en la recepción de la residencia y ellos se encargan de comprarles lo que les piden.

Por otro lado, Isabel Moll vive en Calp y su suegra se encuentra en la residencia Domusvi de la misma localidad. En este centro impera una situación similar a la que se vive en el geriátrico de Benidorm, los trabajadores mantienen estrictas medidas de seguridad y de confinamiento, siendo estos los únicos que tienen permitido entrar y salir de la instalación. Isabel señala que "solo se permite el acceso a los familiares de las personas mayores que se encuentran en fase terminal, pero extremado las medidas de higiene y seguridad".

Una medida que ha adoptado esta residencia para mayores, es la de llevar a cabo videollamadas entre los usuarios y sus familiares. Explica que "la finalidad del centro es la de tranquilizar a los familiares y la de hacer que los residentes sientan un poco el calor de la familia".