El sector hotelero de Benidorm afronta con preocupación la crisis del coronavirus y la cancelación de los viajes del Imserso. Concretamente, algunos establecimientos de la ciudad manifiestan haberse visto sorprendidos por la cancelación del programa de viajes para mayores y ahora se están viendo obligados a improvisar para minimizar las pérdidas que esto pueda causar.

Hay hoteles que ya han tomado la determinación de cerrar durante algunas semanas y han puesto en marcha la tramitación del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). No obstante, estas medidas de emergencia no merman su preocupación.

José Medina, gerente de Media Hoteles, señala que «hasta el momento solo hemos recibido al 40% de los viajeros del Imserso». Explica que los retrasos en la licitación y el arranque de la comercialización, sumada a esta nueva coyuntura, podrían hacer que «este 2020 sea un año catastrófico para los hoteles de la ciudad».

Los hoteleros temen, sobre todo a uno de los peores efectos secuntarios que está teniendo el COVID-19, que es el miedo. Consideran que lo peor para el turismo podría estar por venir, cuando los clientes potenciales de un destino como Benidorm se abstengan de viajar por las noticias que van apareciendo, pero sobre todo por las noticias falsas.

Los empresarios de este sector hacen hincapié en que «a día de hoy Benidorm y toda la comarca es una zona libre de coronavirus».

Vulnerabilidad

Hasta ahora las estadísticas son aplastantes, el sector de la población que más se han visto afectados por esta enfermedad, o que han sufrido sus efectos con mayor dureza, son las personas de avanzada edad.

Por ello los beneficiarios de las vacaciones sociales, que aún están disfrutando de su viaje, vuelven con preocupación a sus ciudades de origen, especialmente aquellos que proceden de la Comunidad de Madrid.

Juani Álvarez, una de las beneficiarias de los viajes del Imserso, que vive al sur de Madrid y que ayer aún estaba en Benidorm, hace hincapié en que vuelve a casa con un poco de miedo, «por la cantidad de casos que hay ya», resaltando a su vez que «durante estos días nos hemos sentido ajenos a todo esto». Especialmente hace énfasis en que «aquí no ves gente con mascarillas, los colegios siguen con su actividad normal, al igual que la gente en sus trabajos». Considera que ella y los últimos viajeros que están disfrutando de estos viajes son afortunados.

En este sentido, Roberto Gil, otro usuario del Imserso, señala ayer que «no creo que haya mejor lugar para evitar una enfermedad, que bajo el sol de Benidorm». Roberto está hospedado en un hotel de la ciudad y mañana regresará a León, ciudad donde reside.

Inquietud

También los trabajadores de los hoteles manifiestan sentirse vulnerables por el contacto que tienen con tanta gente y que procede de tantos sitios. Estos empleados no entienden que hayan tardado tanto las autoridades en adoptar medidas de este tipo. Consideran que la cantidad de personas que se desplazan y la diversidad de sitios de los que proceden, eleva mucho el riesgo de que una enfermedad como esta se extienda. En contraste, también lamentan que España se esté viendo afectada por este virus y están inquietos porque considera que su puesto de trabajo está en el aire. Carolina Ivars, explica que en el hotel donde ella trabaja aún no saben si se va a cerrar. Subraya que desde la dirección les han dicho que dependen de que las pocas reservas que no proceden del Imserso no cancelen y de que el Gobierno brinde ayudas a estas empresas.

La decisión de cancelar el programa se produjo después de que una mujer de Lleida fuera ingresada y diera positivo por coronavirus. La paciente viajó recientemente con el Imserso a Benidorm aunque se desconoce si se contagió o no durante su estancia en la localidad. También se investiga a otra mujer de 83 años, que murió el domingo pasado con coronavirus y que también hizo el viaje.