Eramos pocos y parió la abuela. Tras una larga espera para poner en funcionamiento la resonancia magnética del Hospital Comarcal de La Vila Joiosa, ahora su operatividad no alcanza los niveles óptimos debido a las dificultades para encontrar personal que pueda atender este equipamiento. Además, esto está afectando a la realización de otras pruebas médicas como los TAC.
Desde CC OO denuncian la falta de un par de radiólogos más que permitan aprovechar de forma más óptima el equipo con que cuenta este hospital. Desde esta sección sindical señalan que en la actualidad se están derivando en torno a 50 pacientes, casi todos oncológicos, para que se les practiquen pruebas como el TAC en un centro sanitario privado de la ciudad de Benidorm. Por otro lado, también señalan que a día de hoy se están llevando a cabo menos de 45 resonancias semanales, aproximadamente.
Este diario recogía hace poco menos de un año, cuando comenzaron a ejecutarse las obras para adecuar el espacio y para instalar la resonancia magnética, que se esperaba poder dejar de derivar cerca de 6.000 pacientes al año a la privada. Entonces se anunció que esto supondría un ahorro para la sanidad pública de más de un millón de euros.
Esta infraestructura médica conllevó para las arcas públicas una inversión de más de 1,2 millones de euros. Esas 45 pruebas semanales que se están llevando a cabo, supondrían que al término del año se efectúen cerca de 2.250 pruebas, con lo que se seguiría enviando un importante número de pacientes al sector privado, con el coste que eso supone.
En relación con las dificultades para encontrar profesionales que cubran estas plazas de radiólogo, la gerente del hospital, Rosa Louis Cereceda, señala que «necesitamos especialistas que estén dispuestos a cubrir guardias», condición que ahuyenta a algunos profesionales. Desde CC OO han explicado en diversas ocasiones que sí hay radiólogos disponibles, pero apuntan que las condiciones de trabajo que se ofrecen desde Sanidad no les resultan atractivas y se van a la iniciativa privada o a otras regiones.
Carencias
Hace poco se jubiló el jefe del departamento de Radiología, con lo que a día de hoy solo hay dos radiólogos en este centro hospitalario de la Marina Baixa.
El radiólogo es un médico que se especializa en el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades y lesiones utilizando técnicas de imágenes médicas tales como los rayos X, la tomografía computada (TC), la resonancia magnética nuclear (RMN), la medicina nuclear, la tomografía por emisión de positrones (PET), la integración de imágenes y el ultrasonido. Algunas de estas técnicas de generación de imágenes incluyen el uso de radiación, por lo que requieren de formación para entender las prácticas de seguridad y protección en el área radiológica.
Concretamente, en el centro vilero estos dos radiólogos se encargan, entre otras tareas, de atender la resonancia magnética, recientemente puesta en marca, así como el TAC. No obstante, al ser solo ellos dos los encargados de atender estos servicios, no se está obteniendo el rendimiento esperado de los mismos.
En junio de 2019 finalizó la instalación de esta sala de resonancias y desde entonces se sucedieron una serie de complicaciones para su puesta en marcha. Primero la empresa instaladora tuvo que solventar fallos en la instalación. Posteriormente, cuando esas anomalías fueron solventadas, se llevó a cabo la instalación de todo el mobiliario complementario. A finales de noviembre se había subsanado todo el tema estructural pero faltaba dotarla del personal operativo. Precisamente en ese sentido, aún se tienen que cubrir dos plazas de radiólogos que puedan sacar partido a este tipo de infraestructuras.
Falta de médicos en diferentes especialidades
La falta de profesionales no solo afecta al área de radiología del hospital comarcal. CC OO señala que también se están derivando pacientes de Cardiología a San Vicente ante la falta de cardiólogos en La Vila.
Desde esta sección sindical ponen de manifiesto su malestar por la falta de facultativos y porque estos no se sienten atraídos para trabajar en el departamento Marina Baixa ante unos contratos que califican de «precarios».
