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El centro de salud Tomás Ortuño de Benidorm sigue sin ventilación por la falta del permiso de obra

La actuación se adjudicó en junio de 2019 pero el Ayuntamiento alegó que en verano no se podían hacer obras y ha tardado más de 6 meses en autorizarlas, tal como se evidencia desde Sanidad

La fachada que da a la calle Tomás Ortuño aún sin ventanas. DAVID REVENGA

La reparación de los ventanales de la fachada del Centro de Salud de Tomás Ortuño de Benidorm ha comenzado con 7 meses de retraso, debido a que el Ayuntamiento no concedió los permisos hasta el pasado 20 de enero. Mientras tanto, los trabajadores de la instalación sanitaria siguen a la espera de que se lleve a cabo la reparación de las ventanas que dan a las calles Tomás Ortuño y Júpiter, cuya avería impide que el edificio pueda contar con ventilación natural.

Desde el departamento de Salud Marina Baixa, su gerente, Rosa Louis Cereceda, señala que «esta actuación de ha demorado debido a que estaban a la espera de obtener los permisos municipales para poder llevarla a cabo», pero asegura que «desde hace 10 días han comenzado a trabajar en el cambio de las ventanas».

Este diario ha tenido acceso a un informe de la Conselleria de Sanidad, en el que se señala que «el 12 de junio de 2019 se adjudicó la obra de reparación de la fachada del Centro de Salud de Tomás Ortuño de Benidorm a la empresa Construcciones Rocace S.L.por una cuantía de 106.758,59 euros». El escrito indica que se tenía previsión de iniciar la obra en ese mismo mes de junio y estimaba que el plazo de ejecución sería de en torno a tres meses. Sin embargo, dicho informe también hace referencia a que el Ayuntamiento denegó la licencia de obra a la adjudicataria, alegando que el centro sanitario se encuentra en una zona de «interés turístico nacional». El texto referido destaca que «finalmente el Ayuntamiento otorgó la licencia de obra el pasado 20 de enero de 2020».

En relación con el inicio de las reparaciones, los propios trabajadores del Centro de Salud afirman que «las ventanas siguen cubiertas con las placas azules y hasta el momento solo se ha visto a gente trabajando en la primera planta», lamentando a su vez que «hay días como hoy (por ayer), en los que ni tan siquiera ves a los trabajadores por aquí, quién sabe cuando terminarán de arreglarlas a este ritmo». Desde la Sección Sindical de Comisiones Obreras comparten el malestar de los trabajadores, lamentan que «los plazos se hayan alargado tanto», en una obra que consideran fundamental y prioritaria.

Se trata de varias decenas de ventanas que deberían ser oscilantes y batientes, pero que, según relatan los propios sanitarios que trabajan en este centro «durante muchos años no recibieron el mantenimiento necesario», lo que provocó que una de ellas se desprendiera y se precipitara a la calle en febrero de 2018. Afortunadamente, el incidente no afectó a ninguna persona, a pesar de que se trata de calles con gran tránsito de viandantes. Aún así, este suceso propició que desde el departamento de Salud Marina Baixa se tomara la determinación de retirar todas las ventanas de estas mismas características y de llevar a cabo la renovación de todas las cristaleras de la fachada.

Temperatura

Desde hace casi dos años, el Centro de Salud de Tomás Ortuño no tiene posibilidad de recibir ventilación natural, una situación que afecta tanto a trabajadores como a usuarios. Por un lado, explican fuentes de los trabajadores, está el tema de la temperatura al interior del edificio. Señalan que «debido a la climatización centralizada, hay zonas en las que la temperatura hace que trabajar sea imposible». Apuntan que en verano hace demasiado frío a causa del aire acondicionado y en el invierno es mucho el calor que genera la calefacción, algo que podrían regular si tuvieran la posibilidad de abrir las ventanas.

Por otro lado, estos empleados públicos también destacan que en este centro de salud se brinda atención a un gran número de personas y que cada una de ellas presenta distintas patologías, haciendo hincapié en que eso hace aún más necesario que exista una adecuada circulación de aire.

15.000 pacientes

Esta infraestructura médica es la primera que se construyó en la ciudad de Benidorm, es uno de los centros de salud que atiende a un mayor número de pacientes residentes, con aproximadamente 15.000 registrados, a los que hay que sumar una importante cantidad de pacientes desplazados desde otros centros de salud.

Esta imposibilidad de airear las consultas, los despachos y los pasillos, se sufre desde hace 24 meses. Desde entonces, la junta de personal del departamento y las centrales sindicales han reclamado que sea subsanada.

En marzo del año pasado se anunció la licitación de la reparación por un importe máximo de 106.945,75 euros. Tres meses más tarde, en junio de 2019, se adjudicó a la empresa Construcciones Rocace S.L. No obstante, la empresa no pudo comenzar a trabajar en la reparación de la fachada porque el Ayuntamiento de Benidorm no concede licencias de obra durante los meses de verano, pero dicha demora no solo abarcó el periodo estival, sino que se prolongó hasta el 20 de enero.

La falta de aireación supone un riesgo por la elevada concentración de CO2

La junta de personal del departamento solicitó un estudio que demostró que los niveles eran muy altos

Tal y como ya publicó este diario, el sellado de las ventanas de varios despachos, consultas y pasillos impidió que se pudieran ventilar de forma correcta estos espacios. Dicha situación propició que las centrales sindicales solicitaran al servicio de prevención de riesgos laborales del Departamento que llevara a cabo un estudio para valorar la situación.

El estudio determinó que debido a la deficiente circulación del aire, la concentración de gases como el CO2 era excesiva, haciendo especial hincapié en que esa circunstancia prevalecía en las horas y en las plantas en las que había un mayor número de usuarios, por lo que el informe desprendido del análisis determinó que la renovación del aire en el edificio era deficiente.

Este estudio se llevó a cabo en el año 2018. Sin embargo, fuentes sindicales señalan que esta situación se mantiene porque aún no se pueden abrir las ventanas y siguen selladas con las mismas placas que se instalaron desde hace un par de años.

Soluciones

Estas mismas fuentes sindicales explican que para solucionar la falta de ventilación, se ha optado por llevar a cabo perforaciones en las placas que cubren las ventanas. Añaden que en algunos casos se han hecho pequeños orificios en el material que recubre, mientras que en otros casos la perforación es de tamaño considerable. Eso sí, subrayan que en cuanto ha llegado el invierno han tenido que volver a echar mano del ingenio para impedir que el frío se cuele por los huecos.

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