Convertir la bicicleta en el transporte diario de muchos vecinos y turistas y reducir el uso de los vehículos. Este es uno de los objetivos que se ha marcado Benidorm para hacer la ciudad más sostenible. Así que para ello, en los últimos años, se ha creado toda una red de carriles bici, ciclovías y ciclosenderos que suman más de 80 kilómetros de vías para que los ciclistas puedan recorrer el municipio prácticamente de punta a punta y sobre dos ruedas.
Pero para fomentar ese uso de la bicicleta hace falta algo más que esos carriles. La ciudad necesita que los ciudadanos se conciencien de que este modo de transporte alternativo tiene ventajas; pero además, como ocurre con otro tipo de transportes alternativos, el servicio público de alquiler de bicicletas tiene que ir acorde a todo ello.
El Ayuntamiento de Benidorm puso en marcha el préstamo de bicis en 2008 que arrancó con 10 bases (que se doblaron en número tiempo después) y 250 vehículos de dos ruedas. Desde entonces, ha pasado por fases, una incluso en la que la empresa renunció al mismo por no ser rentable por lo que pasó a gestionarse dentro del contrato de Mobiliario Urbano con periodos en los que las bicicletas no reúnen condiciones óptimas, algo que la oposición, sobre todo Ciudadanos (Cs), ha criticado constantemente.
Además, la concesión donde se enmarca «Bicidorm» está caducada desde hace dos años. Así que con esta situación sobre la mesa, el Ayuntamiento ha decidido hacer del préstamo de bicicletas un único contrato en el que incluirá mejoras para intentar fomentar el uso de la bicicleta.
El pliego de condiciones técnico ya está redactado y fue llevado a comisión informativa el pasado lunes. En él se recogen las nuevas condiciones del contrato que tendrá que sacarse a licitación para intentar que este servicio de préstamo de bicicletas funcione correctamente y sea rentable. La intención es poder sacar la licitación en un par de meses y que el servicio esté ya disponible para el verano.
Para empezar, la intención del Ayuntamiento es que la concesión sea por ocho años, según se recoge en la documentación. Un periodo en el que la empresa debería amortizar la inversión que va a realizar y conseguir abonados. La intención es llegar a los 9.000 usuarios y que no sean solo jóvenes, sino ciclistas de todas las edades.
Para ello, entre las novedades estará la inclusión de 50 bicicletas eléctricas que se sumarán a las tradicionales. «con una red de más de 80 kilómetros de carriles-bici, ciclovías y ciclosenderos, es fundamental facilitar su uso a todos los segmentos, tanto residentes como visitantes de cualquier edad», indicó el concejal de Movilidad José Ramón González de Zárate. A ello se sumará la inclusión de nuevas tecnologías, en concordancia, entre otros planes, con el de Benidorm Destino Turístico Inteligente.
La intención es mantener el número de bases o ampliarlas además de contar con atención al usuario, plan de mantenimiento de elementos mecánicos y de sistemas TIC, plan de limpieza y proyecto logístico. Todo para que Benidorm empiece a ser una ciudad de verdad a dos ruedas.
