Hace unos años, los pueblos del interior de la comarca de la Marina Baixa Marina Baixavieron como ciudadanos extranjeros compraban algunas de las casas antiguas para convertirlas en sus viviendas o segundas residencias. Sin embargo, con el paso del tiempo, muchos de ellos regresaron a sus países o fueron sus familiares los que heredaron esas propiedades que ahora permanecen cerradas, sin uso y en algunos casos en estado de ruina. Es el caso de un inmueble de Tárbena que acaba de adquirir el Ayuntamiento por sólo un euro y que tiene previsto rehabilitar para darle un uso público.

Pero el caso de Tárbena no es el único. En la misma semana, el Ayuntamiento de Bolulla ha llevado a cabo una operación parecida: la compra de otra vivienda por un precio simbólico (el que ha costado los gastos de gestión). En este caso la intención es acabar con un inmueble en mal estado y mejorar la escena urbana.

La vivienda que sólo le ha costado al Ayuntamiento de Tárbena un euro está ubicada en la calle Santa Ana, una pequeña vía en el centro de este municipio de 627 habitantes. La casa cuenta con dos plantas y un aspecto deteriorado por el paso del tiempo y la falta de vida dentro de ella. El alcalde, Francisco Javier Molines, explicó a este diario que sobre ese inmueble y el contiguo hay un «expediente de ruina». Cada una de ellas es de un propietario y la administración local lleva meses intentando localizar a los dos dueños, pero no había tenido éxito incluso publicándolo en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Molines indicó que preocupaba el estado de la casa y que fue la casualidad la que de repente hizo que un día apareciera la dueña de la misma en el pueblo. «La propietaria vino a vender la casa pero se le explicó que estaba en ruinas y no podía hacerlo», añadió. Así que se buscó otra solución: que el Ayuntamiento se quedara con ella. Pero el tiempo apremiaba porque la propietaria, una ciudadana inglesa, «tenía que volver a Hong Kong (China)» pero su intención era donar la casa al Consistorio. Al final, la opción fue venderla por el precio simbólico de un euro «ya que quien tenía los poderes en su nombre sólo podía venderla, no donarla».

El siguiente paso es llevar a cabo una rehabilitación de la misma en la que se incluirá el tejado, las paredes y todo lo necesario para que sea un inmueble seguro. Una vez realizadas las obras, el Ayuntamiento tiene intención de darle un uso público a la misma, para lo que tendrán que buscar financiación en otras administraciones. «La que hemos adquirido vamos a ver si le damos uso como museo etnológico; es una de las propuestas», explicó el alcalde a este diario. Pero también podría haber otra opción: la creación de «un tipo de casa rural municipal» que sirviera para dar trabajo y que el municipio tuviera un reclamo turístico. Todo se verá más adelante.

Ahora les falta localizar al propietario de la casa de al lado, de las mismas características y sobre la que también hay un expediente de ruina por su mal estado. Molines explicó que «son de fuera de Tárbena», de ahí que cueste encontrarlos. «Tenemos muchas casas de extranjeros que se han ido y ya no han vuelto nunca o las han heredado sus familiares que no saben ni donde están ubicadas».

Bolulla en el mismo caso

Esta situación no sólo se da en Tàrbena. En Bolulla, por ejemplo, el alcalde Adrián Martínez afirmó que «tenemos muchas casas que están muy viejas y que se están cayendo; tenemos que hacer algo con ellas» y entre las que muchas también son de ciudadanos de otros países: «El 40 o 50% de las que hay son de extranjeros que han fallecido y sus hijos no vuelven». Así que el Ayuntamiento de este pueblo de 418 habitantes se ha puesto manos a la obra y ha empezado a plantear qué hacer con aquellas que están en estado de ruina, si se reforman o se hace un plan para mejorar la estética urbana. Para empezar, han adquirido una de ellas, ubicada en la calle Raval de Baix, por un precio simbólico a los propietarios extranjeros pero, a diferencia de Tàrbena, la rehabilitación queda más lejos y están planteando hacer «o un almacén municipal o una zona verde con una fuente y un espacio para los niños», apuntó el alcalde.

Pero serán los vecinos los que decidan qué hacer. Para ello, el gobierno local ha abierto un proceso de Participación Ciudadana para que «sea el pueblo quien decida que hacer en este emplazamiento» y han puesto a su disposición tanto el Facebook del consistorio como un correo de Alcaldía (alcaldia.bolulla@gmail.com) y un Whatsapp (639107048) además de poder recibir las propuestas en persona en el consistorio. Igual aportan cualquier otra idea.