En poco más de un año el número de apartamentos turísticos de Benidorm no reglados ha disminuido, pasando de 3.700, a 1.850 . La Asociación de Empresas de Apartamentos Turísticos de la Costa Blanca (Aptur) señala que desde que entró en vigor la Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad de la Comunidad Valenciana, el número de propietarios que ha regularizado su situación ha crecido considerablemente.
El presidente de Aptur, Miguel Ángel Sotillos, señala que tras un periodo de gran actividad en la que muchos propietarios han delegado su regularización en de las empresas gestoras de apartamentos turísticos, está tendencia se ha frenado y están optando por hacer una gestión directa de su propiedad.
El 8 de julio de 2018 entraba en vigor la Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad, que a su vez recoge el Reglamento Regulador de Viviendas Turísticas, en dicho reglamento se recogen los requisitos que deben cumplir las viviendas para poder ser dadas de alta en Turismo Comunidad Valenciana y que puedan operar. Asimismo, el reglamento también recoge las sanciones a las que se podría hacer acreedor el propietario que alquile una vivienda a turistas, sin contar con el pertinente registro, dichas sanciones van desde los 1.000 euros cuando falta sea leve y hasta los 600.000 euros cuando se trate de faltas muy graves.
Sotillos subraya que la Agencia de Turismo «está llevando a cabo batidas constantes y exhaustivas», por lo que muchos propietarios han preferido regularizar su estatus y registrar su propiedad. El presidente de los empresarios de apartamentos estima que en julio de 2018, cuando se implementó esta normativa, cerca de un 60% de los apartamentos turísticos que operaban en Benidorm eran no reglados, a día de hoy, casi un año y medio después, esa cifra se podría haber reducido hasta el 30%. Actualmente, en el listado oficial de la Agencia Valenciana de Turismo hay cerca de 6.200 viviendas vacacionales, con lo que se calcula que podría haber unas 1.860 operando de forma irregular. No obstante, el presidente de los apartamentos turísticos asegura que «el registro es solo una primera fase para acabar con la competencia desleal».
Competencia desleal
La normativa que regula a las viviendas turísticas desde el 8 de julio de 2018 señala una serie de requisitos que deben cumplir las fincas que sean dedicadas a esta actividad, si bien el registro es una parte fundamental en la que se necesita, por ejemplo, que el Ayuntamiento de cada municipio autorice mediante un certificado de compatibilidad urbanística para el arrendamiento a turistas, el reglamento marca otras pautas que van desde la contratación de un seguro de responsabilidad civil; la prestación de ciertos servicios propios de un alojamiento turístico; se señala el mobiliario mínimo que se debe ofrecerse al usuario; mientras que en materia laboral y fiscal, será necesario que el propietario cumpla con todas las obligaciones establecidas por hacienda y seguridad social.
Precisamente en relación con esa serie de obligaciones, Miguel Ángel Sotillos, reivindica que haya mayor vigilancia por parte de Turismo Comunidad Valenciana, señala que muchos alojamientos han cumplido con el registro, pero que no cumplen con todo lo que estipula la normativa, algo que redunda en que siga existiendo una competencia desleal. Apunta que mientras los establecimientos que desempeñan su actividad con apego a la legalidad tienen una serie de gastos en seguros de trabajadores, pagos de impuestos, seguro de responsabilidad civil, contratación de profesionales para el mantenimiento o la limpieza; los otros propietarios de apartamentos operan sin los seguros adecuados y tienen personal trabajando sin contrato.
Desde la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Blanca se quiere desmentir que muchos propietarios se decanten por el alquiler vacacional solo por la rentabilidad, señalan que un buen número de personas que han incursionado en este sector lo está haciendo ante «la inseguridad jurídica y la indefensión en la que se encuentran quienes alquilan a inquilinos de forma permanente», indican que si bien en veranos se muy rentable la modalidad «turística», en invierno tienen que bajar mucho los precios.
