Blusones de colores o polares bordados se mezclaron ayer con papeletas, sobres y urnas en los colegios electorales. Benidorm vivió una jornada completamente diferente al coincidir el 10-N con las Fiestas Mayores Patronales. Los peñistas tuvieron que hacer un parón entre actos, música, tracas y petardos para acudir a depositar su voto. Al otro lado estaban los que lo habían pedido por correo para no tener que dejar la fiesta de lado.

La mayoría de los festeros aprovecharon la mañana o los momentos antes de la «Mascletà» para ir a votar y así poder disfrutar del resto del día. Algunos de ellos lo hicieron a la hora del café, antes de dirigirse con los más pequeños a la feria o a la Procesión de la patrona. Sin embargo, los que peor lo tuvieron fueron quienes estaban convocados a las 8 horas para ocupar sus puestos en las mesas electorales. Entre los presidentes de mesa y vocales también se colaron blusones, algo que también ocurrió con los interventores y apoderados de los partidos políticos.