16 de marzo de 1740. Tres pescadores, Antonio Bayona, Vicente Llorca y Miguel Llorca, localizan un «llondro» en alta mar sin tripulación y deciden remolcarlo a la playa después de que otras poblaciones limítrofes lo dejaran pasar. Así arranca la historia que cuenta cómo Benidorm salvó intacta la imagen de la virgen, que luego pasaría a ser la patrona de la ciudad como Virgen del Sufragio.

«N'es l'hora del alba d'avui, dia setze de marc de l'any de gràcia del mil set-cents quaranta», fue la primera frase que volvió ayer a sonar en la playa de Poniente, a la altura del parque de Elche, y que daba comienzo a las 17.00 horas la Escenificación del Hallazgo de la Virgen del Sufragio, uno de los actos más representativos de las Fiestas Mayores Patronales de Benidorm y que cuenta con la Declaración de Interés Turístico Provincial y Autonómico. La escena que se representa sobre la arena rememora cómo la patrona de la ciudad llegó por mar a la misma hace 279 años a cargo de la Agrupación Cultural y Recreativa La Barqueta.

Más de 60 personas son las encargadas de recrear aquel episodio en la historia de Benidorm. Aquel día de 1740, los vecinos paseaban por la playa o tejían las redes de pescadores cuando de repente una embarcación en la lejanía les llama la atención y les interrumpe en sus rutinas.

La voz de José Bayona, fallecido en el año 2001, sonó ayer de nuevo para contar la historia gracias a la grabación que conserva La Barqueta. Él narra poco a poco aquel hecho que aparece en numerosos documentos y actas notariales halladas y recopiladas por el historiador Pere Maria Orts i Bosch en el Archivo General de Simancas.

Los tres pescadores que localizan el «llondro» en el agua finalmente consiguen remolcarlo a la arena donde otros vecinos les ayudan a sacarlo del agua. Ayer unas pequeñas olas y el viento no impidieron que la maniobra fuera bastante rápida.

Este año, según explicó a este diario el presidente de La Barqueta, Francisco Llorens, conocido como Paco Rosera, «nos han donado una embarcación más fuerte» lo que les ha permitido montar sobre ella los elementos que luego ardieron con el fuego.

La quema del «llondro»

Con la barca ya en la arena, los vecinos se disponen a comprobar qué hay en la barca junto al juez de Marina. Allí localizan descubren una imagen de la Virgen con el niño en la popa del barco. Sin embargo, la llegada de la Caballería truncará los planes de salvarla porque la barca está infectada con la peste y hay que destruirla. Tras un conflicto entre el capitán y el juez de Marina, que quiere salvar la nave, se ordena que quemen la embarcación para evitar un contagio en el pueblo. Finalmente arde a pesar de los intentos de las mujeres benidormenses de salvar la imagen de la Virgen.

Fue entonces cuando se prendió la embarcación y el fuego resplandeció en la playa de Poniente ante la atenta mirada de los miles de asistentes que contemplaban la escena desde la arena o desde el recién estrenado parque de Elche que abrió sus puertas el viernes tras las obras de remodelación. La embarcación comenzó prendiendo rápido y luego, poco a poco, se redujo a cenizas.

En ese momento, el final de la escenificación: los niños revisan las cenizas para sacar algo que pueda servirles, como los clavos y, de repente, encuentran la imagen de la Virgen del Sufragio intacta lo que la convierte en la patrona de Benidorm. En el momento en que los participantes la alzaron, comenzó un castillo de fuegos artificiales. Al acto acudieron las Reinas, Marina Carrilo y Paula Mayor, así como las autoridades y los presidentes de las entidades festeras.