Aires del desierto, arena, serpientes y mucha percusión. La Guardia Negra llegó ayer a la villa con la intención de conquistarla y acabar con las tropas cristianas. Para ello, las filaes del bando moro desplegaron a todas sus tropas con el capitán Dani Serra al frente.

Las huestes sarracenas no defraudaron a su paso por las calles callosinas que se llenaron de público para la Entrada Mora que recorrió las calles del centro del municipio. El colorido de los trajes y el paso marcado por las marchas moras amenizaron la jornada del domingo que se había iniciado por la mañana con la Entrada Infantil.

El desfile moro trajo un año más los aires del desierto, algo que se multiplicó cuando hizo su entrada el boato del capitán del bando de la media luna. A las 19.00 horas arrancaba la Entrada con el abanderado, Miguel Crespillo, de la filà Marraskets, al frente. A él le acompañaron su boato y tropas que desplegaron todo su esplendor. Tras él, el resto de filaes como Beduinos, La Llana, Granadinos, Granadines, El Cordó o Ligeros que ofrecieron un gran espectáculo lleno de magia y fantasía.

A lo lejos comenzó a divisarse la llegada de la capitanía de este año de la filà Guardia Negra y encabezada por el capitán Dani Serra, quien el pasado año fue el abanderado moro. El boato era todo un homenaje a los orígenes de su filà y la historia de la misma. Los colores principales de la misma fueron grandes protagonistas, el negro o el rojo.

Pero también el boato de Serra fue un viaje a los aires del desierto. Un ballet con arena y serpientes hacía viajar a los orígenes de esta filà de la mano de Alicia Montava, de Cocentaina. Con ellos, sonidos de percusión, escuadras especiales y otros elementos anunciaban la llegada del máximo representante del bando moro. El capitán Dani Serra apareció sobre una espectacular carroza junto a su mujer Alma Aranda y con la música de «Fer'al Khalifa» compuesta especialmente para ellos.