Las fiestas de Moros y Cristianos de Altea arrancaron anoche con el pregón que ofreció José Pérez Gorgoll, «Picarraco», uno de los fundadores de las mismas hace 40 años y embajador moro en 2004 con su «filà» Cora d'Algar. Además, actualmente es el presidente de la Cofradía del Castell de l'Olla. Por otro lado, las fiestas dedicadas al Cristo del Sagrario se iniciaban a las 18 horas con la tradicional «Entrà de la Murta» donde participaron cerca de 200 personas en una cabalgata preferentemente dedicada a los más pequeños. Las reinas mayor e infantil, Sofía Jiménez y Ainhoa González de Zárate, junto a sus damas de honor y los mayorales del Cristo, repartieron pequeños regalos y golosinas en todo su recorrido desde la Facultad de Bellas Artes hasta la calle Garganes.

Pérez Gorgoll dio el pregón desde el balcón del Ayuntamiento flanqueado por los cargos festeros. Antes tuvo lugar la entrada de bandas y se impusieron las banderolas a los estandartes de las «filaes» moras y cristianas. En el pregón, «Picarraco» recordó como el embajador moro afirma en la Embajada que Altea es «el paraíso soñado». En este sentido dijo que Altea «es un paraíso real. Por su ubicación y su microclima. Y más si coincides cuando se dispara el Castell de l'Olla». José Pérez criticó el «masivo cemento» que hay en la sierra, así como la falta de comisiones festeras del Cristo algunos años «por las crisis económicas, la 'burrera' de algunos gobernantes, y la de algunos mayorales que no querían ser menos que los anteriores». Recordó cómo se crearon hace 40 años las fiestas de Moros y Cristianos «en convivencia y coordinación con la del Cristo del Sagrario», y animó a los más jóvenes «a que participéis en todos los actos, no haciendo la fiesta por vuestra cuenta, en un ambiente de hermandad, paz y convivencia».