En la vía Emilio Ortuño de Benidorm, una de las avenidas principales de la ciudad, una pequeña vivienda de una planta llama la atención entre altos edificios de apartamentos y hoteles. Es la antigua casa de los peones camineros, aquellos trabajadores que se encargaban de la conservación y reparación de un tramo de carretera o vía pública y que residían precisamente en una caseta situada en esa carretera. Pero su estado actual dista mucho del que tenía hace décadas: la maleza llena los rincones, el patio trasero está lleno de suciedad y enseres y el estado de abandono ha propiciado la llegada de okupas.
Esta situación se alarga en el tiempo y las quejas de los vecinos del barrio también. Desde hace años vienen reclamando una solución para este foco de insalubridad y que ese espacio, que forma parte de la historia y era parte la vida de aquellos peones camineros, sirva para algo más que para estar cerrada con candados que acaban rotos. De hecho, en el Consejo Vecinal de Benidorm ya se planteó hace dos años la necesidad de intervenir en ella para evitar problemas de seguridad.
Y es que, según explicó a este diario el presidente de la asociación Ciudad Jardín-Saladar y vicepresidentes del Consejo Vecinal, Manuel Sánchez Notario, «está todo muy abandonado». Pero además, en el último año los vecinos han detectado en varias ocasiones la presencia de «okupas» que comenzaron a vivir en esa pequeña casa ubicada en Emilio Ortuño. Así, tal y como confirmó hace unas semanas el concejal de Obras, José Ramón González de Zárate, tras una reunión con el representante de la entidad, «hemos tenido problemas con okupas y nos hemos visto obligados a actuar a través de la Policía Local». Ahora, algunos enseres situados en el pequeño patio trasero recuerdan el paso de algunos ocupantes en los últimos tiempos a pesar de que el recinto está vallado «y se han cambiado los candados en varias ocasiones», recordó Sánchez Notario.
Además de esa suciedad, «las flores y vegetación están secas y se ve el estado de abandono desde todo el entorno, algo que indigna a los residentes» y «da una muy mala imagen» para todos aquellos que pasan por delante, turistas o vecinos. Así que los que viven en la zona solo piden de nuevo una solución a un problema que ya se alarga en el tiempo.
Propiedad del Ministerio
La idea es que esa vivienda pueda albergar un centro social o incluso una oficina de turismo, según explicó el presidente. Sin embargo, el problema radica en que la casa sigue siendo propiedad del Ministerio de Hacienda por lo que la titularidad es de este ente público y el Ayuntamiento no puede hacer ningún tipo de arreglo o ni siquiera actuar en ella, sólo en situaciones de inseguridad. El edil del área recordó que el Ayuntamiento no puede hacer nada «porque es propiedad del Ministerio de Hacienda». De hecho, según confirmaron fuentes municipales, el municipio ha pedido en varias ocasiones que el Gobierno ceda la propiedad para poder actuar, pero han recibido negativas o se han quedado sin respuesta.
Por ello, desde el gobierno local han vuelto a hacer un llamamiento para que el Ejecutivo central «mire por la ciudad de Benidorm» y que se busque una solución al problema. «Que nos la cedan al Ayuntamiento, o que actúen ellos, pero que no se olviden totalmente de un edificio sobre el que no tenemos ninguna posibilidad de actuar». Con todo, el PSOE y Ciudadanos (Cs) ya reclamaron en 2017 que se iniciaran esos trámites para poder darle un uso municipal esta casa y crear un espacio para jóvenes o cualquier otro colectivo.
Los socialistas volvieron a pedir que el Ayuntamiento retome las gestiones con el Ministerio de Hacienda para conseguir la cesión gratuita y convertir la casa en un centro municipal multiusos, aprovechando la remodelación de la Vía Emilio Ortuño que se va a llevar a cabo el próximo año. Cs por su parte denunció hace unos días la presencia de esos «okupas' y que están enganchados a la luz de manera ilegal además de reclamar que se recupere el uso para crear un centro juvenil.
