Desde la Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías (Abreca), su presidente, Javier del Castillo, asegura que el verano que está a punto de terminar, las ventas se han visto reducidas en casi un 10%, en relación con el verano de 2018. Del Castillo ha destacado que esta reducción en la facturación tiene su origen en el tipo de turista que recibe Benidorm, al que le califica «como un cliente de bajo perfil y con poco poder adquisitivo».
A pesar de que los datos de ocupación fueron buenos durante los meses de julio y agosto, el sector afirma que ellos no notan esas buenas cifras. Por un lado, los clientes que vienen a los «todo incluido» no suelen comer en otros locales. Mientras que quien viene a un apartamento vacacional, prácticamente durante la totalidad de su estancia compra en los supermercados y prepara sus propios alimentos. De hecho, el presidente de los restauradores asegura que mientras ellos «tienen las terrazas a la mitad de su capacidad, se ven largas colas en los supermercados».
Todas estos factores han venido afectando al sector durante los últimos años, por lo que tampoco se sorprenden. Lo que si llama su atención y comienza a generar preocupación son las empresas de entrega de comida a domicilio, este año ya han identificado que muchos turistas hacen uso de ese servicio y evitan salir de su apartamento u hotel. El titular de la asociación de hosteleros, cree que «tras los malos resultados obtenidos este verano, al llegar el invierno podría cerrar un buen número de establecimientos». Del Castillo no se aventura a dar una cifra, pero cree que será más elevada de lo normal y recuerda que este año también pasaron por una muy mala Semana Santa.
Los proveedores también están acusando ese rezago en las ventas, Abreca tiene constancia de que esas empresas están tardando más en cobrar a sus clientes. Además, ven con preocupación que esos establecimientos no repuntaron en los días más álgidos del verano, por lo que tienen el temor de no cobrar ese producto y perderlo, son esas mismas empresas las que transmiten a Javier del Castillo esa sensación de que en la temporada baja podría darse «una avalancha de cierres».
Estos malos resultados, aunados al posible retraso en las vacaciones del Imserso, hacen que algunos hosteleros se estén preparan para llevar a cabo Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE), mientras que otros aprovecharan los meses de invierno para cerrar durante algunas semanas y dar descanso al personal. Al igual que otras empresas del sector turístico, los hosteleros creen que es importante atraer a otro tipo de visitantes con mayor poder adquisitivo.
Javier del Castillo asegura que «el turista británico está expectante del «Brexit». Los tunecinos y los turcos cada vez viene menos, los rusos también han dejado de venir y gastan poco. En definitiva, tenemos que buscar otras opciones y sobre todo propiciar que venga gente con dinero».
