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Alquiler inaccesible pisos a precio de saldo

Los desorbitados precios de los alquileres reactivan la venta de pisos en zonas deprimidas de Benidorm

Inversores adquieren viviendas a bajo coste en mal estado e incluso en fincas conflictivas para arrendamientos baratos - Los propietarios ofrecen también habitaciones para incrementar la rentabilidad

El Playmon bloque F, un edificio casi en ruinas que está en la mira del sector inmobiliario. david revenga

Los elevados precios del alquiler y las múltiples exigencias que ponen los propietarios de las viviendas a los posibles inquilinos están haciendo que numerosos inversores adquieran pisos y apartamentos en zonas con bajo valor comercial, para arrendarlos a precios bajos y con condiciones más flexibles.

Es una tendencia que cada vez ocupa un mayor porcentaje del volumen de ventas de algunas inmobiliarias en Benidorm. Juan Carlos Gallego, agente inmobiliario, explica que en lo que va de este año han vendido en torno a 160 pisos. Asegura que casi el 60% de esas ventas han sido a clientes que buscan inmuebles a muy bajo coste para adecentarlos y ofrecerlos a muy bajo precio y sin exigir tantas garantías a los arrendatarios.

Entre las fincas más socorridas por estos inversores se encuentran los edificios Playmon Fiesta, la urbanización Playmon Park o la urbanización Ciudad Antena.

Destaca entre todos el bloque F del Playmon Fiesta, donde se ha llegado a vender un apartamento por 5.000 euros. Si bien es un caso excepcional, los precios en esta estructura suelen oscilar entre los 8.000 y los 25.000 euros. Indican desde la inmobiliaria que incluso depende de la planta en la que esté situado, o lo alejado que esté del ascensor o del pasillo.

Tan solo esta inmobiliaria ha vendido 30 pisos en los Playmon Fiesta en lo que va del año, y subrayan que el año pasado consiguieron vender una cantidad similar en esos edificios.

En estos datos se excluye el bloque F, e inciden en que por la mala fama que tiene es más difícil vender uno de sus apartamentos. En ese caso, el año pasado consiguieron vender 12 apartamentos, mientras que este año solo han conseguido vender la mitad.

Aún así, Gallego cree que se revertirá esta situación, sobre todo porque muchos de sus clientes «ven en ese tipo de inmuebles una buena oportunidad de negocio». También explica que esa clase de pisos tienen un precio de alquiler que va desde los 150 hasta los 350 euros al mes, sus principales clientes son personas con nóminas muy bajas, trabajadores temporales que vienen a la Marina Baixa solo durante el periodo estival, así como inmigrantes a los que les resulta difícil acceder a un alquiler de otras características, sobre todo por el precio y por la dificultad para cubrir todos los requisitos que les exigen.

Los agentes inmobiliarios también destacan una modalidad que cada vez es más recurrente entre los propietarios de pisos y apartamentos, se trata del alquiler de habitaciones. Una práctica que resulta mucho más rentable, incluso tratándose de edificaciones con mala imagen o con deficiencias. Indican que en la actualidad puede llegar a pagarse por una habitación en los Playmon Fiesta F, desde 100, hasta 300 euros.

Cabe destacar, que los residentes de este tipo fincas ven con cierta preocupación esta tendencia, temen que su edificio se pueda llenar de «pisos patera» y que esa situación pueda atraer a gente «indeseable». Algo que se acentúa más en el Playmon Fiesta F, donde aseguran que ya tienen serios problemas con los okupas y con gente que se dedica a delinquir.

Por contra, hay vecinos que ven con buenos ojos el interés que se está despertando por parte de los inversores. Algunos propietarios del bloque F del Playmon Fiesta, destacan que desde que se ha comenzado a activar la venta de pisos en el edificio, se han mejorado algunos servicios. Indican que hace poco tiempo repararon el ascensor. Estos vecinos hacen hincapié, en que incluso en materia de seguridad han visto una importante mejoría, ya que se ha contratado a un vigilante para evitar que se lleven a cabo prácticas delictivas en el interior o en las inmediaciones del bloque. También se ha instalado una puerta de seguridad con una llave especial, algo que aseguran los vecinos les aporta más tranquilidad, puesto que hasta ahora, uno de los mayores problemas que venían padeciendo eran provocados por los okupas.

Una tendencia creciente

Desde el sector inmobiliario advierten que lentamente se están contrayendo los precios de la vivienda y aseguran que en algún momento habrá un «parón» como el que hubo en 2009 con la crisis.

No obstante, contrario a lo que se podría pensar, no necesariamente se estimulará la compra de viviendas por parte de particulares, ni tampoco se abaratara el precio del alquiler. Destacan que la gran limitación para que las familias, y muy en especial los jóvenes, se decidan a adquirir una casa, radica en la temporalidad del empleo y en que siguen predominando los salarios bajos. Por lo tanto consideran que ese perfil de cliente seguirá optando por el alquiler. Lo que sí creen es que los inversores verán en esta coyuntura una buena oportunidad, se lancen a por los chollos y destinen los inmuebles al arrendamiento «low cost».

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