El jefe del departamento de Diseño del Ayuntamiento de Benidorm, Alejandro Guijarro, falleció ayer al no poder superar la enfermedad que le fue detectada hace meses. Nacido en San Vicente del Raspeig hace 64 años, Guijarro se jubiló en 2018 después de 44 años como funcionario municipal al frente de un área que le permitió crear algunas de las imágenes más reconocibles y universales de la ciudad a la que amaba. En su dilatada carrera como creativo, obtuvo, además de innumerables reconocimientos, once premios por sus originales y contundentes diseños de los expositores con los que Benidorm y la Comunidad Valenciana deslumbraban en Fitur, la feria del turismo de Madrid.

A él se deben decenas de logotipos, grafías, composiciones y otros elementos con los que la ciudad turística se ha promocionado desde que se asentó en ella en 1974. Tenido por un hombre bueno y socarrón, Guijarro atesoraba un sentido del humor tan reconocible como la firmeza con la que defendía aquello en lo que creía. Su imaginación desbordante le llevaba a idear y diseñar proyectos permanentemente. Desde llenar Benidorm de bancos de distintos colores según la zona de la ciudad, a dotarla de una señalización colorida, original y sobre todo, útil.

Al margen de su pasión por el diseño, su vida eran sus amigos y su familia. De Roc Gregori a José Ramón García Antón. Y Pilar, su mujer; y sus hijas, Patricia y Natalia, a las que sus padres transmitieron la firmeza en sus convicciones y la defensa a ultranza de la palabra dada. Y sus nietos, por los que se desvivía. Se va un gran talento. Se ha ido un creador con el que Benidorm tiene una deuda enorme, la de su reconocimiento a su afán por hacer de una ciudad de costa una marca de valor incalculable. Descanse en paz.

El fallecido ha sido trasladado a la sala 3 del tanatorio de la Marina Baixa, en La Vila Joiosa, donde mañana a las 18 horas se celebrará una ceremonia no religiosa.