Catalina Thous era conocida en Sella como «la madre de los pobres». Sus labores de filantropía y su residencia en este pequeño municipio de montaña de la Marina Alta la convirtieron en una de las personas más queridas de la zona. De hecho, su nombre aún puede verse en una placa instalada en la calle llamada ahora Mes Avall y que llevó muchos años el nombre de la joven.

En 1885, y tras una larga enfermedad, moría soltera y sin hijos pero con el cariño de todo un pueblo y de su padre, uno de los grandes terratenientes de la época, Juan Thous Carreres, quien se apartó a un lado cuando Sella quiso agradecerle todo lo que había hecho por el pueblo tras el brote de cólera de ese año que acabó con la vida de muchos vecinos. El homenaje finalmente fue para ella al poco de morir y se convirtieron en unas fiestas en honor a la joven.

Lo acontecido aquellos días lo han recordado durante muchos años los vecinos de Sella y había quedado en la memoria junto a ese trágico «any del cólera», como llaman a ese fatídico año en que durante dos semanas fallecieron 90 personas por esta enfermedad en la pequeña localidad, 43 hombres y 47 mujeres, el 4,85% de la población que era de unos 1.855 habitantes.

La aparición de un documento con un reportaje publicado en el diario La Unión Democrática confirmó la veracidad de lo que se había transmitido de padres a hijos durante varias generaciones, según explicó el concejal Pablo Giménez, lo que ha hecho que la localidad haya decidido recuperar uno de los actos que se celebraron en las fiestas de ese año y que, tras esa petición de su padre, fueron en honor de Catalina Thous. El entonces diputado y cacique de la Marina, propietario de casas en Sella y masías como el Caído o Sanxet, fue el encargado de pagar los festejos cargados de pólvora, música, bebida, una partida de «pilota» (probablemente la más antigua que se recuerda en unos días festivos) y actos religiosos, según recoge una publicación hecha por L'Arxiu de Sella. Y entre todo, un momento muy especial: el descubrimiento de la placa de la calle con el nombre de Catalina Thous que aún puede verse y que se respetó tras las obras en la casa en 1945, según las mismas fuentes.

Pero además, se celebró un acto cívico, la «Processó de les Eines», en el que Thous quiso que los habitantes del pueblo desfilaran con su herramienta de trabajo, lo que dejó una imagen de hombres y mujeres con azadas, picos, perpales, cántaros, tijeras o mazos.

Más de un siglo después, Sella volvió ayer a aquel día de celebración y los trajes de época y las herramientas de los oficios volvieron a ser los protagonistas, todo organizado por la Comissió de Festes de 2019. Otra «Processó de Les Eines» tuvo lugar este domingo a las 18.30 horas por las principales calles del pueblo: desde la Iglesia por el carrer Voltes (antigua entrada medieval), para seguir por la calle Mes Avall, la que llevaba el nombre de Catalina, la calle Mayor y acabar en la plaza de la Iglesia de nuevo. Todo enmarcado en un ambiente festivo en el que vecinos y visitantes participaron desde el primer momento.

Este acto se enmarcó dentro de la Fira de Mostres y Cultura Mediterránea. Esta feria ha cumplido 24 ediciones y la intención es que la procesión cívica celebrada se consolide como un nuevo acto cultural en esta población de montaña. Sella recordó ayer así a uno de sus personajes más excéntricos y a su hija que tanto hizo por el municipio y a la que conocían todos por su filantropía.