Coches, coches y más coches. Circular en el mes de agosto por Benidorm es hacerlo entre colapsos y aglomeraciones de vehículos, sobre todo en las entradas a la ciudad. Y es que la temporada estival, con una ciudad llena de turistas estos días, deja unos registros nunca vistos sobre la entrada de conductores que han superado los 600.000 solo en los 15 primeros días de agosto.
En concreto, según los datos recogidos por el Ayuntamiento, por las tres entradas principales (la de la avenida Juan Pablo II; la de la avenida de Beniardà; y la de la Comunidad Europea-peaje AP-7) han circulado en dos semanas, incluido el festivo del día 15 de agosto, 635.387 vehículos, un 7,7% más que el mismo periodo del pasado año cuando fueron 586.438; lo que supone una media de 42.360 al día. «Es un dato histórico», indicó el concejal de Movilidad, José Ramón González de Zárate.
De esas tres entradas, la de Beniardà, a la que se accede desde la variante de la nacional 332 y desde la CV-70 es la que registra una mayor entrada de vehículos. Tanto que en algunas ocasiones las colas para acceder llegan más allá del desvío desde esa carretera por esa afluencia masiva pero también por el paso a nivel del Tram.
Así, la entrada por Juan Pablo II, que da acceso a zona como el Murtal o La Cala, también ha incrementado la presencia de vehículos; mientras, la de Comunidad Europea y avenida Europa se mantiene «más o menos» como el pasado año, según explicó el edil quien apuntó que una de las razones podría ser el peaje pero también que desde esta entrada se accede a zonas que están en obras, lo que «dispersa» a los conductores hacia otras calles. ¿Y cómo mide el Ayuntamiento esa entrada de vehículos? Pues a través de unos sensores en la calzada que registran el paso de cada coche.
Entre las razones que explican este incremento en estos 15 días de agosto estaría la del aumento de visitantes que habría experimentado la ciudad y que, sobre todo, corresponde al turismo nacional; según argumentó el edil, las últimas huelgas que han afectado al AVE habría hecho que muchos de los turistas que ya tenían reservadas sus vacaciones hayan decidido finalmente acudir a Benidorm en sus propios vehículos.
Aparcar casi imposible
Pero no solo circular por las entradas y las calles de Benidorm es complicado estos días. Encontrar un hueco vacío donde estacionar el coche también es una tarea casi imposible. «Los parkings disuasorios están a tope», indicó el concejal del área. La ciudad cuenta en la actualidad con una treintena de aparcamientos de este tipo distribuidos por todos los barrios con más de 4.700 plazas aunque en las últimas semanas prácticamente no hay vacías.
Lograr estacionar en una calle tampoco es fácil, más si se tiene en cuenta que el Ayuntamiento ha habilitado en los últimos meses más de 3.500 plazas solo para residentes, lo que deja fuera de juego más de una calle en barrios como Colonia Madrid o el centro urbano, entre otros. Avenidas como Alcalde Vicente Pérez Devesa o Juan Pablo II, vacías en otras fechas, aparecen en agosto hasta la bandera de coches aparcados mientras que la otra opción es rascarse el bolsillo con la zona azul. Casi mejor dejarse el coche en casa.
