Hace 2.000 años, las calzadas tenían una forma muy similar a las carreteras actuales. Por ellas, los romanos viajaban de una ciudad a otra a pie o en carro para realizar todo tipo de tareas, desde una simple visita a comprar en mercados o plazas. Ahora, conocer cómo era una de esas antiguas calzadas por las que transitaban los antiguos pobladores es posible después de que un tramo de unos 10 metros haya visto la luz y haya sido recuperado en La Vila Joiosa.

En concreto se trata de un tramo de la calzada que unía la ciudad romana de Allon (nombre que recibía el municipio vilero en esa época) con Lucentum (el actual Alicante). El trabajo técnico y de investigación de los expertos de Vilamuseu han permitido recuperado este tramo de la calzada romana que ya se puede contemplar en su estado original.

Este camino de piedra, según explican desde Vilamuseu, se construyó en el siglo I, es decir, en el Alto Imperio romano, momento de esplendor de Allon. Las investigaciones históricas y arqueológicas llevadas a cabo confirman además que fue a finales de este siglo cuando se remodelaron todos los caminos de entrada a la ciudad romana de La Vila; un impulso urbanístico que vino derivado de la concesión de la categoría de «municipium» entre los años 73 y 74 por parte del emperador Vespasiano a la ciudad de Allon.

Ese tramo de cerca de 10 metros que ahora se ha recuperado muestran casi a la perfección cómo se construyó la calzada hace 2000 años de forma muy similar a las carreteras actuales. Así, según las mismas fuentes, cuenta con un muro de cimentación lateral de «piedras trabadas con barro para reforzar la parte más sensible a las escorrentías derivadas de las lluvias».

El eje viario, es decir, por donde se circulaba, está hecho con un primer nivel de «tierra apisonada» y sobre él un segundo «nivel de cantos (rudus)» que también se compactó para soportar el tránsito de personas y carros. La anchura de ese eje viario es de «14 pies romanos, que son 4,20 metros, espacio suficiente para el tránsito de dos carros en paralelo», según apuntaron desde Vilamuseu.

El hallazgo de estos restos se remonta a 2017 y fue «fortuito», apunta el director de Vilamuseu, Antonio Espinosa. Así se localizó durante las catas en uno de los solares de la zona de Gasparot donde se planteó la construcción de viviendas. De hecho, los restos quedan en la parte interior de estos edificios que ya están en construcción y cruzan de lado a lado la zona norte de esta parcela.

Espinosa explicó que ha sido la misma empresa promotora, Residencial Mirador de la Malladeta de Espacio Living Homes, la que ha sufragado los trabajos: los de excavación, dirigidos por la arqueóloga Ana Martínez y supervisados por Vilamuseu, y los de la empresa de arqueología Koré SL, que ha realizado la reconstrucción. Primero se realizó la fotogametría de la que se consiguió una imagen virtual de la misma y en las últimas semanas se ha restituido «piedra a piedra» lo que fue el antiguo recorrido de esta calzada romana.

En total se ha logrado reconstruir un tramo de 8,5 metros de longitud, situada en la posición y orientación exacta originales aunque «1,5 metros por encima de la cota a la que se encontró para permitir que se vea desde la calle actual». Así este tramo del camino se encuentra a escasos 500 metros del Santuario Romano que tiene La Vila y cerca de la antigua carretera a Alicante que ya no se usa y que guarda una forma más recta que la de esta calzada romana. Así, desde Vilamuseu explicaron que este tramo de calzada hallada en este solar es la «mejor conservada de las tres calzadas imperiales que se han excavado en la Vila hasta la fecha».

Con todo, tras recuperar esta calzada, el concejal de Patrimonio, Xente Sebastià, explicó que, cuando se termine la construcción del edificio, se completará la «musealización», con criterios de destino turístico inteligente, al incorporar a ellos la tecnología, la innovación y la accesibilidad. Todo ello «mediante paneles interpretativos accesibles, tanto para cubrir la demanda de los usuarios de sillas de ruedas, así como para personas sordas, con discapacidad visual o cognitiva». También se realizará un gran mural de grafiti en el muro del edificio en construcción al que se adosan los restos que «mostrará el paisaje de fondo de la calzada en época romana imperial». El edil destacó el «inmenso valor que tiene el conjunto arqueológico, que viene a reforzar el catálogo de patrimonio histórico que atesora la Vila».