Estalla la batalla de los Moros y Cristianos en La Vila Joiosa. El Desembarco Moro estaba previsto que desatara la lucha la pasada madrugada... si el estado de la mar lo permitía. Y es que en la jornada de ayer, la Asociación de Fiestas Santa Marta se vio obligada a suspender la parte del Alijo que transcurre en el mar, por motivos de seguridad y debido al mal estado del mar. Es decir, las compañías cristianas que participan en el Alijo, muy a su pesar, no pudieron embarcar en el puerto de La Vila ni navegar ni desembarcar hasta la orilla de la playa Centro. La razón, la adversa meteorología, según confirmaron desde la Asociación Santa Marta.

No obstante, el Alijo se realizó... pero en tierra. Este acto simula el desembarco de contrabando desde mar hasta la costa por parte de las compañías cristianas Contrabandistas y Piratas Corsarios, y la defensa de la plaza por parte de otras dos compañías, Marineros y Pescadores, también cristianas. El combate se realizó en tierra, sin que ningún festero pudiera saltar de las barcas como en otras ocasiones. Así la imagen que identifica este acto, la de los festeros saltando al mar se quedó en el aire.

El Alijo simula el desembarco de contrabandistas y piratas y representa lo que sucedió en 1538, cuando La Vila Joiosa temía un ataque de las tropas sarracenas a las que habían divisado por la zona. Al finalizar la contienda, los habitantes de La Vila Joiosa convencen a los «maleantes» llegados por mar de que se unan al Rey Cristiano David Hontoria, de la compañía Artillería Cristiana, para defenderse del ataque de los moros. En ese momento, tiene lugar la Embajada Contrabandista, en la que los contrabandistas se ofrecen al gobernador de la plaza para defender la villa del asalto de los sarracenos. Reticente al principio, el gobernador finalmente cede, tras una pequeña guerra dialéctica entre el gobernador y el embajador contrabandista, en este caso embajadora. El papel lo ha interpretado María Muñoz.

La unificación de tropas cristianas da paso a la presentación de las tropas moras a su rey, que se escenifica en la Embajada Beduina. En este caso son los guerreros moros los que se ofrecen al Rey Moro Vicente Sivera, de la compañía Piratas Berberiscos para conquistar La Vila Joiosa.

Cuando el Rey Moro acepta que los guerreros del desierto se sumen a su ejército, finaliza la escenificación de la unificación del bando de la media luna de cara al Desembarco, en el que los moros llegan por mar y los cristianos, les esperan para repeler el ataque en la playa. Es el momento más esperado, el acto más importante de las Fiestas de La Vila, declarado de Interés Turístico Internacional.