Suenan tambores de guerra en la villa. Las tropas berberiscas provenientes de la ciudad de Argel llegan por mar a La Vila Joiosa. El ataque es inminente y cualquiera es apresado por las huestes moras. El pueblo corre a refugiarse más allá de las almenas para intentar no ser capturados pero no todos podrán huir de las garras sarracenas.

Así fue cómo arrancó el boato del Rey Moro, Vicente Sivera, que ayer recorrió las calles de La Vila Joiosa. La compañía Piratas Berberiscos desplegó un auténtico aire de guerra a su paso ante la atenta mirada de los miles de asistentes que no pudieron quitar los ojos del llamativo desfile. Tras el paso de los más pequeños y las filàs con los trajes oficiales, se pudo ver a aquellos cristianos que habían sido capturados por las tropas sarracenas y hechos prisioneros en sus jaulas.

El baile y las monedas de oro junto a la gente de la nobleza acompañada por los piratas Salih Rais y Oruç llegaron al ritmo de melodías típicas y el ballet alcoyano de Rafa Felipe dedicado el pirata Dragut protegían el tesoro berberisco.

Pero el Rey Moro no estuvo sólo en su entrada a la villa. En medio de su boato, los cinco reyes que ha tenido la compañía piratas berberiscos desde 1967 aparecieron sobre una carroza escoltados por una filà de trajes blancos acompañados de la marcha «Xabat» interpretada por la Societat Musical La Nova de Benidorm.

Guerreros y embajadores

El embajador moro, el beduino y el emisario del rey hicieron su entrada para acompañar al monarca y escoltados por la filà Musulmanes Tagarinos de Benidorm llegada para mostrar su apoyo al Rey de las huestes sarracenas.

Hombres y mujeres anunciaban la llegada de la familia real con María Esquerdo Segrelles y sus sobrinos sobre una carroza. Tras ellos, una escolta de mujeres y hombres del Rey formada por familiares y amigos de Sivera eran los últimos antes de que a lo lejos se vislumbrada la imagen de la carroza del Rey que cerraba el desfile. Con un colorido traje, Sivera concluía la entrada de sus tropas a la conquista con la contundente marcha «El moro del Cinc» (1954), del autor Rafael Giner Estruch, y la «Marxa del Centenari» de Armando Blanquer, interpretadas por unos 80 músicos de la Unió Musical de L'Aurora de Sella.

Sivera dio ayer con su boato una vuelta de tuerca a la tradición de los Piratas Berberiscos que siempre representan en sus desfiles los barcos con los que las tropas moras atacan a la costa de La Vila como ocurre en el Desembarco. El Rey explicó a este diario que en esta ocasión, el boato quiso que reflejara el momento del «ataque guerrero» cuando las huestes ya estaban en tierra.

La Entrada Mora arrancó ayer sobre las 20.30 horas desde la calle Colón hasta la plaza de la Generalitat. Lo primero, la bandera de la Asociación Santa Marta que dio paso a las compañías: Tuareg, Moros del Riff, Negres, Artillería del Islam, Moros de Capeta, Mercaders, Artilleria mora, Moros Pakkos, Guardia negra y Beduins.