Visitar hoy en día la Torre de Morales, una construcción defensiva datada oficialmente en el siglo XVI, supone ver un monumento fuera de época y lugar en una zona, la Avenida de Villajoyosa, en la que sólo hay edificios. Antes ahí estaba el denominado Camino Real que unía Benidorm y La Vila Joiosa. Este monumento, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1996, ahora llama la atención precisamente por estar fuera de contexto.

Ahora, el Ayuntamiento de Benidorm tiene previsto restaurarlo y convertirlo en un monumento visitable para el público, incluyendo, como parte del proyecto, la instalación de paneles informativos que expliquen la razón de su existencia y ubicación. Esta iniciativa forma parte de todas las que se están llevando a cabo en la ciudad para ensalzar el patrimonio histórico y ofrecerlo como atractivo turístico.

El proyecto del Ayuntamiento, valorado en 207.536 euros, contempla la restauración exterior e interior de la torre; ahora está cerrada y tapiada, y por dentro, totalmente en ruinas. Como parte de la rehabilitación, la azotea se va a reparar, permitiendo a los turistas que la visiten en el futuro salir a ella.

A diferencia de otras torres vigías de la Marina Baixa, situadas en la línea de la costa para controlar y avisar de la llegada de piratas por mar, la Torre de Morales es de interior, construida como parte de una vivienda que ya no existe.

«El monumento se construyó con una casa, una villa, en una época en la que en esta zona de Benidorm sólo existía huerta; era muy peligroso vivir allí. Por eso, los dueños de la vivienda hicieron la torre para que, mediante señales de humo, les avisaran desde otra torre vigía, la del Aguiló, ubicada en primera línea de costa en La Cala, y así poder refugiarse en su interior en caso de ataque de corsarios berberiscos. Ambas construcciones están en la misma línea recta, una en interior, como otras torres de huerta de la provincia, y otra en la costa», explica el historiador Paco Amillo, miembro de la l'Associació d'Estudis de la Marina Baixa.

En Benidorm existe otra torre vigía, la de Escaletes, en Serra Gelada, desde la que sí se divisa el mar, también declarada BIC. Un edificio defensivo que se restauró a principios de 2018, según explica el arqueólogo del Ayuntamiento de Benidorm, Miguel Botella.

Paliar la erosión

«Los trabajos que se van a realizar en la Torre de Morales tienen como fin paliar los efectos de la erosión externa así como reconstruirla por completo en su interior, que está en ruinas», aclara Botella. El edificio ha sufrido modificaciones que han alterado su fisonomía, añade Botella.

Ahora mismo en Benidorm se está llevando una importante excavación arqueológica en el Castell para documentar la totalidad de los restos conservados del antiguo castillo-fortaleza de la ciudad. Además, en el Tossal de La Cala siguen las excavaciones en el yacimiento arqueológico, del siglo I antes de Cristo. El objetivo, sacar a la luz los restos del terreno, situado entre la playa de Finestrat y la de Benidorm. Todo para exhibir y demostrar que la ciudad es mucho más que sol, playa, ocio y diversión.