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Los negocios florecen en el casco antiguo de La Vila Joiosa

Alojamientos, bares o tiendas abren en la zona en los últimos dos años y revitalizan el barrio declarado BIC - Comercio pretende fomentar la apertura de nuevos establecimientos garantizando la convivencia vecinal

Uno de los negocios que acaba de abrir en el casco antiguo de la Vila Joiosa. david revenga

La Vila Vella florece. O más bien, este barrio tan característico de La Vila Joiosa se ha revitalizado en los dos últimos años con la apertura de nuevos negocios que han visto en la fisionomía y los encantos de esta zona declarada BIC un reclamo para que acudan los clientes. Así, alojamientos de varios tipos, bares, restaurantes y tiendas se han abierto o están en proyecto en las calles más céntricas de la ciudad, lo que consigue que la vida y el ocio vuelvan a estas calles.

En el último año y medio, tres establecimientos han recibido sus licencias para poder abrir una nueva actividad en las vías y plazas del casco histórico. A ellos se sumaron antes otros que ya funcionan a pleno rendimiento que completaron a algunos negocios que ya existían.

En la plaza de la Iglesia, la primera que se encuentran los vecinos y turistas que acceden desde la plaza de la Generalitat, cuenta ya con tres establecimientos hosteleros de tres tipos: un bar de los de toda la vida, «La Placeta»; una vinoteca llevada por un noruego, «Vinos Handeland», y un restaurante perteneciente a la cadena Zerca, «Zerca Old Town». Allí se ha sumado en los últimos meses una pizzería de este mismo grupo empresarial, «Il forno di Pietro».

Pero no son los únicos. A solo unos metros están aún dando las últimas pinceladas a una tienda en la calle Vigueta que se llamara «Mío La Plaza Gourmet», donde se podrán degustar «delicatessen». Además está prevista la apertura de algún negocio de restauración más.

A todo ello se suman los alojamientos. El primero de ellos en abrir hace unos años, «El Rosal», también de la cadena Zerca que fue el encargado de remodelar una antigua vivienda municipal de la que logró una concesión para convertirla en un alojamiento con encanto.

A él, según las fuentes consultadas por este diario, se sumará un «hostel», una especie de albergue, así como otro establecimiento con encanto con pocas habitaciones.

Pedro Juan Sanjuan, responsable del grupo Zerca, explicó a este diario que «apostamos hace años por el barrio porque creemos que es lo más bonito que tenemos en La Vila». Así afirmó que «fuimos los primeros y tenemos ya cinco negocios aquí; ahora parece que la gente está empezando a apostar también por el barrio».

Casas de colores

La llegada de nuevos negocios ha revitalizado esta zona que cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) y que, entre sus reclamos y encantos, están las conocidas casas de colores de tradición marinera que inundan la calles del casco histórico.

Pasear por ellas es ver cómo era La Vila de los antiguos pescadores y entre sus callejuelas se pueden encontrar estampas de las costumbres de antes, desde ver cómo se trenza el esparto hasta los grupos de mujeres «a la fresca» en verano.

Los vecinos de toda la vida del barrio ven como algo «muy positivo» estos nuevos negocios: «Está muy bien que ahora haya ambiente casi a todas horas y movimiento de gente». Otro de ellos añade que «ahora se ve más gente y vienen las familias con niños a cenar a la plaza».

Y para intentar dinamizar aún más la zona, también se suceden las actividades que intentar «llenar de vida la Vila Vella». Es el caso de las promovidas por el Espai de Debat en Positiu per La Vila «Equinocci». Este grupo de particulares ha organizado los últimos años en septiembre «La Vila Vella. La Vila Bella», una muestra que llena las calles de actividades un fin de semana de septiembre.

Con todo, el concejal de Comercio, Josep Castiñeira, explicó que junto con el área de Casco Antiguo, que dirige el también concejal de Compromís José Carlos Gil, «pretendemos fomentar la apertura de nuevos negocios de todo tipo», siempre que «garanticen la convivencia vecinal».

La intención es conseguir atraer a más jóvenes con «viviendas sociales que pueda crear la iniciativa privada por medio de concesiones» en aquellos espacios que el Ayuntamiento tiene en propiedad y que no tienen uso. Todo para que siga «floreciendo» este barrio con tanta historia.

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