Pintores, escultores, artistas de diferentes disciplinas y aprendices de la Universidad de Bellas Artes de Altea, además de músicos y cantantes. Artistas, tanto nacionales, como extranjeros. Las salas de la sede de la Fundación Frax han dado cobijo a todos ellos en unas instalaciones ubicadas en l'Albir en l'Alfàs del Pi, en un enclave privilegiado en primera línea de la playa. Unas salas que, de momento, y de manera temporal, estarán cerradas, si bien la Fundación continuará con su actividad en espacios de terceros en ciudades como Alicante o Benidorm. Unas actividades cuyo fin es la promoción de la cultura y el turismo.
Dicho de otra forma, la Fundación Frax cesa su actividad de exposiciones y conciertos en su sede por motivos económicos. El edificio se inauguró en el año 2009, y tiene una superficie construida de 4.000 metros cuadrados. En concreto, y como anunció el Patronato hace días, la clausura se produce «ante imposibilidad hasta el momento de explotar recursos propios, como el alquiler de la bandeja de locales comerciales localizados en los bajos o la explotación del parking público, imposibilitan una capitalización absolutamente necesaria para programar y desarrollar un calendario de calidad y digno». A modo de despedida, han tenido lugar las que pasarán a la historia como las últimas actividades culturales: los conciertos «Carmen», de la compañía Ópera de Madrid, el viernes, y «The best spanish music for guitar», de Javier García Moreno, de ayer, así como la exposición del pintor de origen vasco Alberto Labad. El último día para visitarla era ayer domingo.
Con motivo del cierre, el patronato de la Fundación que preside Matías Pérez Such, exsecretario autonómico de Turismo, precisa que seguirán intentado arrendar los locales comerciales de los bajos del edificio para obtener ingresos económicos. «Cerramos porque no llegamos al presupuesto necesario; los gastos mínimos están cubiertos pero no se puede costear el mantenimiento del edificio», explica Matías Pérez Such.
Añade que en su día el Patronato de la Fundación calculó los gastos de mantenimiento y personal contando con un acuerdo con el Ayuntamiento de l'Alfàs del Pi; acuerdo que permitiría el alquiler de los citados locales comerciales. Desde el Ayuntamiento de l'Alfàs del Pi, prefieren ahora no pronunciarse. La razón que aducen es que se trata de una fundación de carácter privado, que actúa en función de sus criterios e intereses, según fuentes municipales.
Un referente
Con un calendario de 30 conciertos al año y exposiciones de artistas locales, nacionales e internacionales, la sede Fundación ha sido también la plataforma de lanzamiento para jóvenes estudiantes de Bellas Artes. Allí han expuesto sus obras alumnos de esta disciplina del campus de Altea y también de la Universidad de Valencia; siendo un importante escaparate perfecto para todos ellos. Además, las actividades culturales de la Fundación tenían público nacional y extranjero (al 50%). Una trayectoria que ha convertido a la sede de la Fundación Frax en un referente cultural en la Marina Baixa y en la provincia. De ahí que los municipios de la comarca y representantes del mundo de la cultura lamenten el cierre.
