Viajar ha cambiado en los últimos años. Los turistas ya no solo buscan qué ver dentro del Patrimonio o qué playa visitar para pasar un día al sol. Ahora encontrar el rincón perfecto donde hacerse un «selfie» o una foto artística está entre las prioridades de algunos viajeros que buscan información y copian instantáneas de «blogueros» de moda. La capital turística se ha convertido en uno de esos destinos y, sus playas, espacios naturales o callejones, en escenarios que bien valen una foto para aquellos que buscan el mejor encuadre.
Para ello, los escenarios son claves. En Benidorm, una decena de ellos son los más visitados por los que quieren esa foto única: El Tossal de La Cala o la Cruz son los dos elegidos para obtener la mejor foto del «skyline». El Castell y sus barandillas blancas, la Isla, Serra Gelada y sus acantilados, las playas y calas de la ciudad, alguna azotea en el piso 20 o los jardines de hoteles que recuerdan a Asia también están entre los más cotizados. El municipio se ha colado con ellos y algunos rincones más escondidos en el ranking de ciudades más «instagrameadas» de Europa en el puesto 13. Es decir, que las fotos que se cuelgan en la conocida red social en las que aparece el «hastag» Benidorm cuentan ya con 1,1 millones de publicaciones en su etiqueta. Y eso es debido a que los visitantes de la ciudad han hallado enclaves únicos cuyas fotos suben a la red y, lo que anteriormente era conocido como «boca a boca», ahora son miles de personas que quieren tener la misma foto que ven en los perfiles que siguen. Así que cuando consultan el destino, entre las primeras cosas de las que se informan es dónde hacerse la mejor instantánea a la que poner un filtro y conseguir un «me gusta».
Lograr que millones de personas vean un rincón solo con un «click» es algo además que Benidorm ha decidido explotar. Así, VisitBenidorm, la entidad que gestiona la promoción turística, vio hace años en los conocidos «influencers» un mercado a explotar y una forma de promoción difícil de igualar con cualquier campaña. Desde la entidad explican que las acciones desarrolladas están «ayudando a posicionar esos lugares más significativos y en muchos casos desconocidos por los turistas». Y a veces incluso sorprenden los escenarios que eligen. Entre los más curiosos, la fachada de unos conocidos cines del centro que despertó la curiosidad de un grupo de «influencers» rusas.
Así que, con esta fórmula, «poco a poco el desconocimiento ha dado paso a que todo el mundo quiera subir al Tossal de La Cala a hacerse una foto con el Skyline o que los acantilados de Serra Gelada sea un 'must' de los millenials que vienen a visitarnos». Algo que «nos ayudan a promocionar de esta forma lo que nosotros queremos comunicar; el efecto es de red».
Pero no solo para la promoción es cada vez más importante tener esos escenarios «fotografiables» que ya no solo buscan los jóvenes «millenials» sino cualquier turista. En internet se pueden encontrar ya páginas que ofrecen «tours» por Benidorm de varias horas con guía a esos lugares más «instagrameables» para elaborar un álbum de fotos que llame la atención de los seguidores de la red social. Todo un negocio que parece estar en alza cuando ahora viajar es sinónimo de «colgar» la mejor fotografía.
