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La Vila Joiosa

El temporal echa abajo un símbolo del patrimonio vilero

La lluvia y el viento derriban el torreón de la Villa Giacomina, levantada hace un siglo por la familia del doctor Esquerdo y que el Consistorio lleva años queriendo rehabilitar - Durante la guerra, albergó el Hospital Sueco-Noruego de Alcoy tras su bombardeo

Estado en el que ha quedado la Villa Giacomina tras el derrumbe. DAVID REVENGA

No es ni mucho menos la construcción más antigua que se conserva en pie en La Vila Joiosa pero sí una de las que más historias llegaron a atesorar entre sus cuatro paredes. El temporal de lluvia y viento registrado esta Semana Santa han acabado por dar la puntilla a uno de los símbolos del patrimonio vilero: la emblemática Villa Giacomina, también conocida como el palacete de la Malladeta, levantado hace casi un siglo por la familia del psiquiatra José María Esquerdo. La torre, que ya se encontraba en estado semirruinoso, era uno de los elementos más característicos de esta vivienda, que el Ayuntamiento lleva años queriendo rehabilitar pero cuyo proyecto, estimado en más de 250.000 euros, sigue sin salir adelante por falta de fondos.

La historia de este palacete, uno de los más tardíos de la arquitectura de estilo historicista de la provincia de Alicante y con elementos constructivos propios de la masonería, como los pavimentos de ajedrezado blanco y negro o la decoración que alude a las religiones islámica, cristiana y judía, podría representar por sí misma el argumento de una interesante película. El doctor José María Esquerdo, considerado padre de la psiquiatría moderna, concedió a su sobrino, el también médico Alfonso Esquerdo Iborra, un pedazo de suelo en La Malladeta para que pudiera construirse allí una vivienda. Se ubicaba muy próxima a la zona donde años antes el psiquiatra había edificado uno de los primeros sanatorios para enfermos mentales del país y su propia oficina-estudio, en el interior de un torreón que levantó emulando el resto de torres vigía del siglo XVI diseminadas por toda la costa.

Al igual que su tío, Alfonso Esquerdo era natural de Villajoyosa, aunque emigrado a Argentina, donde se casó con Giacomina Bellami de Borgi, hija de un importante constructor relacionado con la masonería, como el propio Alfonso, y de la que tomó nombre el palacete que ambos ocuparon desde 1920 hasta 1922, cuando murió Esquerdo. Allí, el doctor recibió a intelectuales de la época, como Vicente Blasco Ibáñez, y también fue residencia de personajes ilustres, como el médico Manuel Bastos Ansart.

Refugio para heridos de guerra

Con éste último, la Villa Giacomina vivió otro de sus episodios más gloriosos. Bastos Ansart, fue un célebre cirujano y traumatólogo de su época y una autoridad en el tratamiento de heridas de guerra que llegó a Alicante desde Madrid, para dirigir los quirófanos del famoso Hospital Sueco-Noruego de Alcoy, una institución sanitaria fundada en 1937 por organizaciones sociales y políticas escandinavas, que recaudaron fondos para ayudar a las víctimas republicanas de la Guerra Civil. En el bombardeo de Alcoy por la aviación italiana el 16 de octubre de 1938, varios proyectiles explotaron al lado del hospital y, si bien no hubo heridos, se decidió trasladar a parte de sus casi 700 pacientes y más de 30 sanitarios a la Villa Giacomina, donde Manuel Basto se había hospedado con anterioridad.

Después, la División italiana Littorio, que tomó la Vila Joiosa para el bando franquista, ocupó un tiempo la casa y causó los primeros desperfectos, aunque su abandono se agravó a partir de los años 60 y se ha ido agrandando hasta la actualidad.

Demolición y restauración

Tras el derrumbe mayoritario de la torre por el temporal, el Ayuntamiento de La Vila tiene previsto en las próximas semanas demoler lo que queda del torreón ante el riesgo de nuevos desprendimientos. Igualmente, se tapiarán las ventanas más próximas a la torre para evitar daños en el resto de la estructura del edificio con la demolición.

El director de Vilamuseu, Antonio Espinosa, explicó ayer que, no obstante, la esperanza es que éste no sea el final del palacete, sino todo lo contrario. En los últimos años, el área de Patrimonio Histórico ha llevado a cabo distintos estudios, como un levantamiento fotogramétrico o un diagnóstico de los daños de la estructura en colaboración con la UA, para poder utilizarlos en un futuro proyecto de restauración. Todo ello, según Espinosa, permitiría la reconstrucción de la villa tal cual fue en su momento de mayor esplendor. Ahora, las miradas están puestas en 2020, cuando se cumplirán cien años de su construcción. «Ya no habrá plan de ajuste y quizás es el momento de invertir en la villa», dijo esperanzado el técnico.

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