La Cala del Soio, en Altea, el saliente terrestre denominado Cap Negret, la playa de piedra volcánica al norte del Portet de l'Olla y hasta el antiguo nido de ametralladoras de la Guerra Civil, serán declarados Monumento Natural según consta en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGV) de este viernes donde se publica la orden 7/2019, de 25 de marzo, de la Consellería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural por la que se acuerda «iniciar el procedimiento de declaración del monumento natural Afloramiento Volcánico y Playa Fósil de Cap Negret, en Altea». En el texto del DOGV se destaca que el litoral de Altea «alberga una pequeña área de indudable interés ecológico, la Cala del Soio y sus cercanías, en la que aparece un singular afloramiento de materiales volcánicos, muy escasos en general en el territorio valenciano, donde afloran rocas ígneas del triásico superior y rocas sedimentarias del tirreniense, los dos con un elevado interés científico».
El DOGV recoge que el Monumento Natural tiene «una extensión inicial de 10,54 hectáreas, de las que 0,68 corresponden a áreas terrestres, y 9,86 a áreas marítimas adyacentes».
Este espacio de especial interés científico ha sido degradado durante varios años por la mano del hombre hasta el extremo de que en los años 40 del siglo pasado se utilizaron las piedras volcánicas para hacer los adoquines de las carreteras nacionales, y en los 60 se construyó el «Portet de l'Olla», y un ministro de Franco construyó su mansión en lo alto del promontorio de Cap Negret, pegado a la playa.
El enclave de la Cala del Soio es único en toda la Comunidad Valenciana, pues presenta un elevado valor ecológico junto a las Islas Columbretes y Cofrentes al estar formada por rocas volcánicas basálticas con una edad de unos 225 millones de años. En Cap Negret, según los científicos Alfonso Yébenes (geólogo) y Joan Piera (biólogo), «hubo una erupción explosiva submarina en aguas someras de tal violencia que el contacto de la lava con el agua de mar provocó el paso a vapor de la misma y la reacción con diversos iones propició la aparición de unos minerales más bien raros: prehnita, pistacita, granate y especularita. Una interesante colección digna de un museo mineralógico de metamorfismo submarino». Piera explicó ayer que en aquella época existía un solo continente llamado Pangea y un solo océano: Pantalassa. Particularizando la acción geológica ocurrida en Altea antes del Jurásico, en la Cala del Soio «se desgarró parte de Pangea y los fragmentos se desplazaron por las denominadas 'corrientes de convección' originando los continentes actuales, separándose Europa de África. Por las fracturas ascendieron los magmas volcánicos responsables de los volcanes, que, con el paso del tiempo, se fueron erosionando y desaparecieron, preservándose algunos como nuestro Cap Negret que ponen en evidencia la rotura y fragmentación de antiguo continente», aseveró.
En el DOGV se incide en la importancia del lugar pues «su terraza marina contiene una cantidad importante de fósiles de gasterópodos y bivalvos, junto a restos de serpúlidos y rodófitos con una edad estimada de 100.000 años». Así mismo, el interés científico y didáctico de este afloramiento es «muy elevado, y su potencial de uso para el desarrollo local y el ecoturismo es patente gracias a su accesibilidad», por lo que «hay que adoptar acciones de preservación por la importancia científica, y hacerlo valer ya que es un georecurso de especial interés, adoptando medidas de conservación dada su relevancia y fragilidad».
El alcalde de Altea, Jaume Llinares, y la concejala de Medio Ambiente, Beatriu Nomdedeu, mostraron su satisfacción por la decisión de la Generalitat Valenciana y convocaron una concentración festiva para todos los vecinos en la Cala del Soio hoy a las 11 para dar a conocer «esta importante noticia detalladamente», afirmaron.
