¿Se imagina invertir un buen puñado de dinero en la compra de una finca singular y enterare al cabo de más de diez años de que la misma figura erróneamente inscrita en el Catastro a nombre de otro y que no hay manera de que ese otro ponga de su parte para solventar el error? Eso es lo que dos conocidos empresarios de la Marina Baixa aseguran estar sufriendo con una masía de su propiedad ubicada en Confrides: la conocida finca San Chochim, ubicada en la solana de la sierra de Aitana, lindando con la base militar, y que dispone de una superficie total cercana a los 3 millones de metros cuadrados. El relato de los hechos es el siguiente.
Marzo de 2004. El anterior dueño de la parcela, un alemán llamado Ernest Gunter Garthoff, que regentaba en la finca una conocida casa rural, acuciado por las deudas vende toda la propiedad a dos hombres de negocios de La Vila y Benidorm, que pagan cerca de 800.000 euros por la propiedad. Se la reparten al 45 por ciento, mientras que el 10% restante queda a nombre de un hijo del primero. Los nuevos dueños preparan los bancales para cultivar trigo, avena, cebada, veza y realizan balsetas en el suelo para que los animales puedan beber. Todo ello, según relatan, para mantener e incrementar la fauna autóctona de la zona. Y así continúan hasta el 4 de enero del pasado 2018, cuando al recabar la documentación necesaria para solicitar una subvención pública para realizar labores de poda, descubren que el Ayuntamiento de Confrides, que ahora da la callada por respuesta, tiene inscritas a su nombre buena parte de las parcelas en las que se divide la finca, a excepción de una de 500 metros cuadrados donde se ubica la vivienda principal.
¿Qué habría ocurrido entonces? Los afectados tienen claro que se trataría de un supuesto intento de estafa por apropiación indebida.Así lo llevan denunciando ante el Ayuntamiento en distintos escritos y reuniones desde que fueron conscientes y así lo han trasladado a este diario, cansados de reclamar al alcalde de Confrides, José Buades (Cs), que ponga remedio a este error sin obtener resultados, tal y como aseguran. «La finca es de sobra conocida por la mayoría de la población de los pueblos más cercanos: Sella, Alcoleja, Benasau... y por los vecinos de la propia Confrides», afirman los interesados, que insisten en que «no se trata de unos terrenos perdidos en el monte, sino de una masía que todo el mundo sabe que es privada desde hace más de 60 años».
Una revisión en 2000
¿Desde cuándo figura la finca a nombre del Consistorio? Según han podido averiguar en todo este tiempo los propietarios, que sí tienen a su nombre escrituras, inscripción en el Registro de la Propiedad y otro tipo de documentación, el «error» provendría desde el año 2000, en el que se realizó la última revisión catastral en el municipio. Según la información recabada por este diario, es una práctica habitual que, cuando se producen este tipo de actualizaciones, si hay terrenos de propiedad desconocida, se inscriban a nombre del Ayuntamiento mientras se intenta localizar al dueño. No obstante, en este caso afirman que era dudoso que nadie supiera de quién era la finca. Principalmente, porque cuando se produjo esa revisión, en el año 2000, el alemán Garthoff todavía regentaba allí, abierta al público, la casa rural de San Chochim.
Por eso, a juicio de los afectados, la maniobra tenía como objetivo, supuestamente, el de apropiarse indebidamente de estos terrenos. ¿Cómo? «El propietario era un hombre extranjero, que no sabía nada de cuestiones de inscripciones ni de Catastro. Sólo se preocupó del Registro de la Propiedad, donde sí figura todo en regla», explican. «El Ayuntamiento, en el tiempo de la revisión catastral, aprovechó la circunstancia para inscribirse ilegalmente y con mala fe la mayoría de las parcelas de la finca, quizás pensando que el día de mañana, cuando falleciese el señor Garthoff, nadie la reclamaría y quedaría en manos del Ayuntamiento», acusan.
Sin embargo, sostienen que no existen documentos que demuestren que ninguna de las actuaciones realizadas por el Consistorio tiene justificación legal: «Ni cuando se inscribió las parcelas en el Catastro ni en su posición actual de no ceder la titularidad catastral a sus propietarios, a pesar de las múltiples peticiones y documentación presentada». Si la corporación mantiene su negativa, saben que el siguiente paso sería llevar el caso ante un juzgado para poner fin a lo que tildan de «actuación corrupta».
El regidor no da explicaciones sobre San Chochim
Consultado para obtener la versión del Ayuntamiento, José Buades, alcalde de Confrides en las últimas tres legislaturas con el PP (2007-2011), CDL (2011-2015) y Ciudadanos (desde 2015 hasta hoy), rehusó hasta en tres ocasiones esta semana ofrecer una explicación sobre San Chochim. Según afirman sus propietarios, a ellos les han trasladado en varias ocasiones que el Ayuntamiento compró la masía en 1957, pese a no haber exhibido en ningún momento escrituras ni ninguna otra prueba documental, y de que varios particulares la han explotado desde entonces. En el Registro de la Propiedad tampoco ha estado nunca inscrita a nombre del Consistorio.
Cronología
15 de marzo de 1957
Un alcalde de La Vila compra la finca en subasta.
La finca había pertenecido al catedrático vilero Eduardo Soler, quien a su muerte pidió que se convirtiera en una colonia escolar para los niños de La Vila y Relleu, a través de una fundación con su nombre. Medio siglo después de su muerte, esta fundación saca a subasta la finca y se la adjudica Jorge Ruiz Cabanes, alcalde de La Vila de mayo a octubre de 1955. La subasta fue en el Ayuntamiento de Confrides
22 de marzo de 1980
Venta a un matrimonio. La familia del exalcalde vilero mantuvo la explotación de San Chochim más de 20 años, hasta que a principios de los 80 la vende al matrimonio de Sant Joan d'Alacant.
9 de marzo de 1988
El ciudadano de origen alemán adquiere San Chochim y regenta una casa rural durante más de 15 años. En 2004, con distintos embargos por deudas, decide deshacerse de la masía. Se la ofrece a un antiguo cliente quien, junto a su socio, se hace con la propiedad, que mantienen hasta el día de hoy
