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Benidorm

El 66% de las «kellys» sufre daños en la espalda por su trabajo y casi todas sus tareas conllevan riesgos

Un estudio del Invassat evidencia la necesidad de mejorar las condiciones laborales de las camareras de piso - Abogan por cuantificar el trabajo por su carga real y no por el número de habitaciones

El arrastre de carros con mucho peso o la reiteración de movimientos son algunas de las principales causas de dolencias en este sector. david revenga

«¿Trabaja más una camarera de pisos que limpia al día 15 habitaciones o una que hace 25?». La pregunta, lanzada ayer en un foro hotelero por Juan Manuel González, un experto en la organización de los procesos de limpieza en hoteles, puede parecer del todo obvia si atendemos exclusivamente al factor numérico. Pero en la realidad no lo es en absoluto. La histórica reivindicación de las mujeres en estos puestos, proyectada en los últimos años todavía más por la organización de estas trabajadoras dentro del colectivo de Las Kellys, ha traído aparejada toda una revolución en la concepción de las tareas que realizan y, sobre todo, en cómo actuar para minimizar no solo la sobrecarga de trabajo a la que tradicionalmente han estado sometidas, sino también las dolencias físicas asociadas a esta sobrecarga, por ejemplo los daños en la espalda que afectan a un 66%. Por lo pronto, la principal conclusión es la necesidad de cambiar la forma de organizar sus labores: no contabilizar por número de habitaciones, sino por otros sistemas capaces de medir la carga real que soportan.

Así lo trasladaron ayer distintos expertos en una jornada organizada por la Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad Valenciana, Hosbec, en el Invattur, donde se dieron cita cerca de 70 personas entre gobernantas, camareras de pisos, empresas externas y directivos hoteleros.

La secretaria general de Hosbec, Nuria Montes, fue la primera en romper una lanza en favor de este colectivo, al que reconoció como el «eje central de la actividad hotelera» y del que destacó que es el que hace que el cliente «se sienta incluso mejor que en su propia casa». Aun así, la patronal hotelera reconoce que todavía queda trabajo por hacer y que todas las partes implicadas han de poner de su parte para «prestigiar esta actividad» y mejorar las condiciones laborales.

Dolencias físicas

Pilar Sureda y Jorge Cervera, técnicos del Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat), presentaron ante los asistentes las principales conclusiones del estudio sobre las condiciones de trabajo de las camareras de piso elaborado entre los años 2017 y 2018, que confirman que, efectivamente, queda trabajo por hacer. El informe, elaborado tras realizar inspecciones en 192 hoteles de toda la Comunidad -87 de ellos en la provincia de Alicante- y más de 1.600 test a trabajadoras del sector, refleja que el 66 por ciento de las «kellys» sufre molestias en la zona dorsal-lumbar de la espalda, seguidas por el dolor en hombros, brazos y cuello, que están por encima del 50%, y que todos estos daños se acrecientan conforme avanza su edad.

El mismo estudio recoge que prácticamente en la totalidad de las tareas desempeñadas por las camareras de piso se identifican posturas forzadas como factor de riesgo ergonómico, mientras que solo la mitad de los hoteles realizan las evaluaciones específicas de estos riesgos laborales y, entre quienes sí las realizan, solo un tercio lo hace de manera correcta planificando las medidas preventivas.

El informe, que es extenso y recoge consideraciones obtenidas tanto por la información proporcionada por los hoteles, las conclusiones de las propios técnicos del Invassat y los test elaborados a las camareras de pisos, también apunta que las trabajadoras limpian entre 17 y 25 habitaciones al día en función del tamaño del hotel; que pueden tardar entre 17 y 29 minutos en hacerlas o que las limpiadoras externas representan sólo un 10% del total de las plantillas, aunque defiende que las mismas han de tener los mismos derechos y condiciones laborales que el resto de sus compañeras.

Cambio en los partes del día

Además de las conclusiones obtenidas por el Invassat con respecto al trabajo de las «kellys», uno de los focos del debate sobre cómo mejorar estas condiciones laborales representa un cambio en la concepción del trabajo y en la asignación de las tareas diarias que realiza cada trabajadora. Así lo reconocieron los técnicos de este instituto, dependiente de la Generalitat Valenciana, pero también otros expertos que participaron ayer en las jornadas. ¿Y cómo se cambia esta concepción? Juan Manuel González, de la empresa STIQK Process, explicó que en el departamento de limpieza de un hotel hay muchas variables: el número de huéspedes de cada habitación; si es una habitación de cliente -quienes permanecen en el establecimiento más días- o de salida; si tiene terraza; el tamaño de la estancia principal, del baño,...; si la camarera tiene asignadas habitaciones en la misma planta o diseminadas por el hotel; y un largo etcétera de cuestiones que determinan cuánto tiempo y cuánto trabajo tendrá que emplear en la limpieza.

De este modo, los expertos abogan por un sistema de cuantificación por puntos, de modo que la asignación de los partes no se realice de forma lineal, dando el mismo número de habitaciones a cada camarera, sino en función de la carga real de cada una de las estancias que tendrá que limpiar. Con él, según el Invassat, no solo se conseguiría «un reparto más equitativo», sino también fijaría una carga máxima de trabajo para cada empleada, reduciendo los excesos en muchas jornadas, sobre todo en temporada alta, y con ellos, el dolor físico que éstos conllevan.

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