Las prisas, el trabajo o simplemente tener que cocinar para uno sólo. Cada vez más personas recurren a comidas hechas fuera de casa para poder comer un plato de caliente a mediodía. Sin embargo, muchos de ellos no quieren renunciar a los platos de cuchara o a las recetas tradicionales de madres y abuelas, sobre todo, en los días fríos de invierno. Así que para atender a esa demanda, algunos establecimientos de hostelería de Benidorm se adaptaron a los tiempos y sumaron a su oferta los platos del día no sólo en el local sino para llevar.
Y es que muchos tampoco quieren comer un menú entero si luego por la tarde tiene que seguir «a la faena» o no puede permitirse todos los días ese gasto. Así que pagar entre 4 o 6 euros por recetas caseras recién hechas y llevárselas en un «tupper» empieza a ser la tónica de muchos usuarios.
En el centro de Benidorm, sólo en la calle Ruzafa, en apenas 50 metros hay cuatro negocios que apostaron por esta modalidad de oferta culinaria. Los más veteranos llevan entre 3 y 4 años ya con esta modalidad; el más nuevo, desde hace dos meses. Y es que en la ciudad, el negocio de las comidas para llevar no abunda. Apenas hay en el centro negocios específicos de este tipo como en otras ciudades que no sean asadores de pollos que además apuestan por otros platos.
De ahí que los propietarios hayan visto una oportunidad al detectar que cada vez los usuarios cocinan menos en casa y comen más fuera por trabajo u otros motivos. Así que entre los platos que ofrecen están los que recuerdan a la cocina de cuchara de abuelas y madres como el cocido madrileño, el caldo con pelota, lentejas, estofado, arròs amb fesols i naps, arroz caldoso con rape, potaje o paellas, entre otros. En el más nuevo, las especialidades son italianas con pasta boloñesa o con albahaca. Todos ellos en recipientes de plástico aptos para el microondas.
«La demanda ha crecido mucho en los últimos años. La gente cocina cada vez menos en casa, sobre todo estos platos que cuestan tanto de elaborar», afirma Ángela Santamaría que regenta el Bar Rioja donde hace ya dos años que se lanzaron a realizar estos platos para llevar. «Utilizamos producto fresco y viene todo tipo de gente», añade.
Entre sus platos, «comidas típicas de aquí» que los usuarios ya no cocinan en casa: «la gente es cada vez más cómoda». Ellos sirven entre 15 o 20 platos al día para llevar. Los mismos que suele vender Laura en el Bar Derby. Ella lleva cuatro años ofreciendo esta alternativa de cocina que sobre todo consume «gente mayor que vive sola» pero también mucho trabajador de la zona que «no quieren un menú entero o comer bocadillo todos los días».
En el Mayna, el numero de raciones de plato del día es de «entre 80 y 100» de las que el «80% son para llevar». Allí acuden trabajadores o también vecinos que viven sólos, sobre todo hombres, pero también mujeres «que no les gusta cocinar». Sus platos se sirven los siete días de la semana y siguen una tónica general: el lunes lentejas, el martes fideuà, el miércoles guisado de cualquier tipo, el jueves alubias blancas que también varían, el viernes y domingo paella y el sábado garbanzos con lo que toque. «Nadie hace un guiso para una o dos personas», afirman, por eso «se los llevan». En los cuatro años que ofrecen este servicio «la demanda ha aumentado mucho» y en verano se disparan las ventas.
En la misma zona, hace dos meses que la Oficina del Gusto ofrece esta modalidad. Por ahora su demanda es poca aunque «aumenta los fines de semana», apunta Valeria. «Hacemos platos sencillos, los de pasta que más conoce la gente».
Con todo, los propietarios coinciden en los mismo: la cocina de tupper se ha convertido en un recurso que cada vez utiliza más gente y muchos no tienen tiempo de elaborarlos. Así que poder tener uno de esos platos por entre 4 o 6 euros y sólo por un golpe de microondas es una buena opción para ellos.
