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Las franquicias se imponen al comercio tradicional en Benidorm

El alto precio del alquiler en las calles más céntricas hace que la mayoría de locales solo estén al alcance de grandes marcas

La calle Gambo es una de las de mayor concentración comercial y donde se suceden franquicias como Zara, Massimo Dutti, Amichi o Tous. DAVID REVENGA

Cierre de comercios tradicionales; apertura de tiendas de grandes comercios tradicionalesfranquicias. El elevado precio de los locales en las zonas más céntricas de Benidorm, como las calles Gambo, Passeig de la carretera, Martínez Alejos, Ruzafa y, casi con toda probabilidad tras su reforma, Mediterráneo o Puente, está provocando cada vez más una transformación del sector comercial en una dirección única: la atracción de grandes marcas frente a establecimientos que estaban abiertos de «toda la vida» y que bien no han encontrado relevo generacional o bien ya no pueden continuar soportando el coste de seguir abiertos. Así puede observarse con un simple paseo por algunos de estos viales, en los que durante el último lustro no han parado de implantarse nuevas cadenas, principalmente de ropa pero también deportivas, de joyas o de complementos, y así lo constatan también los datos que maneja la Asociación Independiente de Comerciantes de la ciudad, Aico.

«No paran de llegar franquicias... Y más que llegarán en pocos meses», asegura el presidente del comercio local, Raúl Parra.

Benidorm cuenta con cerca de 2.000 establecimientos y casi otro millar de servicios comerciales como despachos de abogados, talleres, inmobiliarias, administraciones de fincas u oficinas de alquiler de vehículos. Durante el pasado 2018, el Consistorio tramitó la friolera de 684 altas de comercios frente a dos bajas, 59 anulaciones o 32 denegaciones de licencia, según los datos recogidos por el propio Ayuntamiento en su publicación «Benidorm en cifras».

El precio de un local en calles como Gambo, Martínez Alejos o Ruzafa puede alcanzar los 15.000 € al mes

Arriba y abajo la persiana

Entre los establecimientos que levantaron la persiana figuran varias franquicias, entre ellas las de cadenas como «Décimas», «RKS» o «Vero moda», entre otras, así como establecimientos propios de cadenas nacionales, como «Óptica Universitaria». Mientras esto ocurría, comercios tradicionales, como Tejidos Jaypa en Ruzafa, la tienda de bisutería Milord's de Gambo o la papelería Llorca de Tomás Ortuño echaron el cierre. «Están implantándose muchas marcas por una sencilla razón: si tú tienes un local pero nadie que se haga cargo cuando te jubiles, no queda otra que cerrar. Y luego está la segunda parte: hay locales con alquileres tan, tan elevados que si no viene una franquicia, es prácticamente imposible que se pueda implantar un comercio de pequeño o mediano tamaño», explica el presidente de Aico.

"Las cadenas no son una amenaza sino una locomotora para que la gente se quede y compre en las tiendas del centro"

Raúl Parra | Presidente de Aico

¿De cuánto dinero estamos hablando? La media en el centro parte de unos 6.000-8.000 euros mensuales pero en algunos casos, incluso, llegan hasta los 15.000 euros al mes, un precio del todo prohibitivo para alguien que quiera emprender y probar suerte.

Aunque para las tiendas tradicionales que cierran la experiencia puede resultar en algunos puntos triste o casi traumática, para la asociación de comerciantes local dicha reconversión se recibe como «una oportunidad» para los que permanecen abiertos. Al menos, así lo explica Parra: «No debemos ver a las grandes cadenas como una amenaza sino como una locomotora para que la gente se quede en el centro y no se marche a los centros comerciales. Eso sí que sería nuestra puntilla», mantiene. Por eso, la apertura de nuevas tiendas y proyectos de otras franquicias que suenan, como la posible llegada de Bershka, son recibidas con los brazos abiertos.

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