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Las sillas de ruedas motorizadas saturan calzadas y aceras de la «zona guiri» de Benidorm

Los turistas con movilidad reducida usan estos vehículos para desplazarse por la ciudad - Los usuarios estacionan las «scooters» en las aceras para acceder a los bares, generando molestias a los peatones

Los peatones deben esquivar los «scooters» para poder avanzar por la calle. carlos brendel

Las sillas de ruedas motorizadas se han convertido ya en un icono más de Benidorm. Miles de turistas con movilidad reducida optan por alquilar una de estas «scooters» para desplazarse por la ciudad de los rascacielos durante sus vacaciones y precisamente es en temporada baja cuando más se nota su presencia debido a que un mayor número de turistas seniors -jubilados y prejubilados- recurren a esta alternativa para poder recorrer la capital de la Costa Blanca sin esfuerzos. Un hecho que se nota en las calles de la conocida popularmente como «zona guiri», en el Rincón de Loix, donde estos vehículos estacionan a sus anchas dificultando el paso a los peatones.

No es la primera vez que estas sillas autopropulsadas, cuyo uso se ha popularizado notablemente en Benidorm durante la última década, generan quebraderos de cabeza a hoteleros, autoridades municipales e, incluso, a los propios vecinos. De hecho, algunos alojamientos de la «zona guiri» han llegado a restringir el acceso a estos vehículos tras sufrir varios accidentes por los mismos en sus instalaciones. Asimismo, los choques con peatones están a la orden del día. De ahí que en el recinto comercial del Mercaloix las «scooters» de dos plazas lleven vetadas desde hace al menos dos años.

Los peatones por la calzada

En cambio, la calle sigue siendo territorio libre para las sillas autopropulsadas donde no solo campan a sus anchan sino que también aparcan en cualquier acera, especialmente frente a las terrazas de los distintos establecimientos de ocio. Y, en ocasiones, se llegan a acumular decenas de «scooters» llegando a impedir el paso de los peatones que se ven obligados a dar un rodeo o transitar por la calzada para continuar con su camino; un hecho que despierta el malestar de vecinos y trabajadores de la zona.

Destino accesible

Desde el gobierno local reconocen el problema y achacan el mismo a la falta de espacio para estacionar estas «scooters». Así, el edil de Seguridad Ciudadana, Lorenzo Martínez, señaló que los agentes de la Policía Local no retiran estos vehículos de las aceras ya que entienden que son el medio de transporte que está usando una persona con movilidad reducida. Una situación controvertida más aún cuando Benidorm se vende como un destino turístico accesible.

«¿Qué podemos hacer? ¿Retiramos las sillas aparcadas frente a la terraza de un bar?», se preguntó Martínez quien puso de manifiesto el perjuicio que esa acción podría ocasionar a la persona que en ese momento este usando el vehículo motorizado.

Regulación pendiente

Por todo ello, para el gobierno de la ciudad turística la solución pasaría por aprobar la modificación de la ordenanza de Movilidad que ha sido paralizada por los grupos de la oposición en distintos plenos, como recordaron desde el ejecutivo local. Esta nueva regulación contemplaría, según expusieron fuentes municipales, la creación de aparcamientos para este tipo de vehículos de movilidad reducida que, al menos, podría poner coto a la problemática registrada en lo relativo al aparcamiento de las «scooters» en las aceras de las calles de Benidorm. Asimismo, la nueva legislación municipal aplicaría un incremento en las multas por el uso incorrecto de los vehículos a motor.

Más rentable ir al depósito que exigir la devolución

A las empresas de alquiler de «scooters» les resulta más rentable recoger los vehículos eléctricos en el depósito municipal que exigir su devolución. Así, los propietarios de estas sillas a motor abonan la correspondiente multa y, después, se quedan con la fianza solicitada al cliente. De esta forma incluso salen ganando por lo que muchos de los turistas dejan sus sillas a las puertas del hotel. En este caso la policía sí las recoge al ser abandonados.

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