Los vecinos y turistas que pasean por el Centro Cultural de Benidorm en los últimos años han visto sólo un esqueleto de hormigón rodeado de vallas que se ha ido deteriorando con el tiempo. Sin embargo, desde hace unos días, la imagen en una de las paredes del mismo ha cambiado y ahora una lona de tonos azules cubre la fachada de este edificio inacabado en la parte que da a la avenida de Europa. Estas telas se extenderán por las fachadas de esa avenida así como la calle Murcia e Ibiza, justo en la parte que queda fuera de la primera fase de ejecución de las obras que ya están en marcha; es decir, taparán el esqueleto de hormigón en esa zona hasta que haya un proyecto para terminar la parte que ahora ha quedado fuera y que por ahora no tiene fecha.

Cabe recordar que la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana (SPTCV) y el Ayuntamiento de Benidorm llegaron a un acuerdo para terminar sólo una fase de este centro cultural que lleva paralizado desde 2010. Fue tras las elecciones de 2015 cuando el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, puso el foco sobre este espacio inacabado y se marcó como objetivo que pudiera tener uso antes de acabar la legislatura. Se renovó el convenio existente y se pusieron sobre la mesa 11 millones de euros para, en un plazo de 15 meses, concluir la primera fase: un auditorio con capacidad para 540 espectadores, los conservatorios profesionales de música y danza, una cafetería y el recubrimiento de las fachadas y tejados.

En junio de 2018 el pleno del Consell aprobó definitivamente el nuevo convenio, que fue suscrito con el alcalde Toni Pérez y por Ximo Puig el 31de julio. Octubre se marcó como el mes de inicio de las obras pero un problema en el nuevo proyecto retrasó hasta enero los primeros movimientos dentro del edificio que parecía olvidado por la Generalitat.

Y esa es la parte que se ejecutará ahora. El resto, según las fuentes consultadas por este diario, quedará supeditado a una nueva legislatura y a que el Gobierno autonómico que ocupe la Generalitat a partir de mayo quiera hacerlo. Mientras, esas lonas azules con el nombre del Centro Cultural de Benidorm cubrirán esa parte inacabada tanto por motivos de seguridad como por estética ya que se encuentra en una de las zonas más transitadas.

La colocación de estas lonas, para las que se han invertido unos 150.000 euros está dentro del plan que el Consell puso sobre la mesa para retomar las obras. Este contrato se une al que también hay en marcha de limpieza, saneamiento, retirada de objetos, basura y eliminación de plagas de insectos. Y es que, como ya publicó este diario, cuando la SPTCV arrancó con los trabajos en enero se encontraron dentro del edificio montones de basura así como restos de enseres que habían dejado los «okupas» que habían esta viviendo en el interior.

Sin plazos concretos

Desde la entidad dependiente del Consell explicaron que el calendario anunciado sigue en marcha y que esperan que la empresa pública Tragsa pueda comenzar lo antes posible con el grueso de la obra para terminar esta primera fase del Centro Cultural. Aunque no se concretan plazos por miedo a que vuelvan a surgir problemas, la intención es que en las próximas semanas se pueda comenzar con los trabajos de ejecución.

Mientras, también se han licitado ya el servicio de seguridad y salud en la obra, así como el control de calidad de la misma. Según explicaron desde la SPTCV «tenemos un plan en el que se van solapando las tareas» tanto administrativas como de obra» pero «no hemos dejado de trabajar desde que arrancamos en enero». Así alegaron que la construcción del Centro Cultural «ha sido un tema endiablado en el que hemos encontrado casi un problema a cada paso que hemos dado» en los últimos meses.

Con todo, los que se muestran más críticos son los comerciantes y vecinos de la zona. Algunos ven con muy buen ojos que las obras se hayan reiniciado y esperan que sea de verdad y se acabe finalmente, al menos, una parte de este edificio. Otros comerciantes apuntan a que la imagen que da el esqueleto ha afectado a la zona e, incluso, algunos negocios han cerrado sus puertas. Acabar el Centro Cultural y que funcione es calificado por algunos como una oportunidad para el barrio que traerá «movimiento» a las calles y eso llevará aparejado empleo; pero además, acabará con una «fea imagen» en una de las zonas más transitadas. Aún así todos son cautos por ahora hasta que vean de verdad abrir sus puertas.