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Trece colegios de la provincia están en riesgo de desaparecer

El Consell mantiene abiertas las escuelas incluso con un alumno aunque los centros rurales agrupados tienden a ser más y ya están en El Comtat, la Vega Baja, la Marina Baixa y la Marina Alta

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Trece colegios de la provincia están en riesgo de desaparecer

Trece colegios de la provincia están en riesgo serio de desaparecer por falta de alumnos, hasta el punto de tener una sola aula para todos los cursos de Primaria. El problema es especialmente acuciante en cinco de ellos, donde ni siquiera existe una unidad propia para Infantil, y extremo en tres de éstos, que no están oficialmente cerrados pero sí inactivos. Pero además, la escasez de escolares se extiende a 55 localidades de todas las comarcas alicantinas, cuyas escuelas no llegan a contar con un aula por cada curso de Primaria.

El cierre de colegios, que en décadas pasadas fue particularmente duro en zonas de montaña como El Comtat y el interior de la Marina Alta, se ha estabilizado en los últimos años, aunque este curso comenzó con un centro menos, el de la pedanía villenense de La Encina. El mismo camino pueden seguir a corto plazo los de La Vall d'Ebo, Alpatró (Vall de Gallinera) y El Castell de Guadalest, sin actividad -el primero desde hace varios cursos ya- aunque no cerrados. La Conselleria de Educación los mantiene abiertos en previsión de que pueda haber alguna matrícula y así funcionar de nuevo, pero el contexto de envejecimiento y despoblación del medio rural, así como los antecedentes -antes del cierre definitivo, el de La Encina también pasó por esta situación de «impasse»-, hacen que las perspectivas no sean buenas.

Desde la Conselleria de Educación, no obstante, señalan que «la apuesta por las escuelas rurales es firme» y que por ello se puso en marcha en el curso 2017-2018 la citada política de evitar mientras sea posible el cierre de centros, con la denominación de «oferta rural». En este sentido, recalcan que «sólo con que haya un alumno se mantienen las aulas abiertas», haciendo así que la Comunidad Valenciana esté más avanzada en este tema que otras autonomías más azotadas en términos generales por la despoblación, como Aragón, donde el mínimo para evitar el cierre de un colegio es de tres alumnos. El objetivo primordial es evitar la clausura de escuelas, algo que en la práctica se convierte en casi una sentencia de muerte para los pueblos.

Además de los citados colegios en situación extrema, en los de Benifato y Confrides hay una única aula, y en los de Beniardà, Benigembla, Bolulla, Castell de Castells, Tormos y El Realengo (Crevillent) hay una de Primaria y una de Infantil, fija o habilitada. En el resto, hasta alcanzar los 55, son centros «incompletos» o aularios de colegios rurales agrupados, una figura muy extendida en toda España y que en la provincia de Alicante tiene una presencia discreta pero creciente. Ahora mismo son seis los centros de este tipo, en las comarcas de la Vega Baja, El Comtat, la Marina Baixa y la Marina Alta, en los cuales las escuelas de varias localidades se unen a nivel administrativo pero las aulas físicamente se mantienen en cada pueblo. Así, son 17 las poblaciones en donde existe este modelo de centro educativo.

La fusión de varios colegios en uno solo hace que los recursos humanos y materiales del centro resultante se ajusten al número total de aulas y alumnos, lo cual repercute en aspectos como tener una plantilla fija de maestros especialistas, que son los que se desplazan. Esto contribuye a mantener la matrícula en los aularios y, en definitiva, a que las escuelas sigan abiertas y los pueblos vivos, aunque en cualquier caso los problemas derivados de las dinámicas demográficas persistan. Por ello, tampoco faltan en estas localidades iniciativas para tratar de atraer población joven con niños en edad escolar. Los Ayuntamientos de Alfafara y Agres han promovido recientemente los empadronamientos con descuentos en el alquiler de viviendas, becas para material escolar y bonificaciones fiscales, y en Sella también hay un pequeño número de viviendas en alquiler para jóvenes. Unas medidas que en ambos casos han tenido éxito, de manera discreta pero suficiente para mantener el alumnado, que ronda los 25 escolares en cada uno de estos pueblos.

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