Los pequeños municipios guardan aún en sus calles cuando llegan los días de fiesta tradiciones únicas que despiertan la curiosidad de los visitantes. Entre ellas, una que prácticamente se ha perdido: la matanza del cerdo o «la porquejada». Una de esas localidades es Relleu que la revive cada año cuando llega la festividad de Sant Antoni.

En la actualidad es difícil ver esta práctica así que acudir a este pequeño municipio de la Marina Baixa el fin de semana más cercano al 17 de enero, día del patrón de los animales, es poder disfrutar de una parte de ella en la plaza del pueblo. En Relleu decidieron hace casi 20 años recuperar esta tradición aunque con algunos cambios respecto a como se hacía hace décadas. Para empezar, la carne llega a la localidad ya preparada por parte de matarifes profesionales y cumpliendo todos los requisitos que marca la normativa sanitaria. Una vez allí sí que se llevan a cabo acciones propias de la matanza como el chamuscado, el corte adecuado, el cocinado del producto o la elaboración de embutido. Los cerdos se colocan en la plaza y se van elaborando estas tareas mientras los visitantes pueden ver de muy cerca cómo se hace con precisión cada una de estas tareas.

Pero la matanza es sólo una parte de lo que se puede ver en el municipio por la festividad de Sant Antoni. La jornada comenzó con un pasacalles acompañado de la «dolçaina», juegos para los más pequeños además de una partida de «pilota». Ya a mediodía, entre aperitivo y aperitivo, la bajada de los cerdos y su tratamiento para elaborar los embutidos que se «torraron» por la tarde para el disfrute de los asistentes.

A mediodía, la «Olleta» tomó el protagonismo y se repartieron más de 1.000 raciones de este plato tradicional de la montaña, según explicó el alcalde, Santiago Cantó. Además, una banda de música amenizó la jornada en la que también hubo buñuelos con chocolate y «cabezudos» recorriendo las calles.

Una fiesta de Interés Turístico

Las fiestas en honor a Sant Antoni del Porquet de Relleu cuentan ya con la declaración de Interés Turístico Provincial que se le otorgó en 2016. Su tradición y algunas curiosidades más le valieron ese reconocimiento. Pero el Ayuntamiento quiere más, así que ya se encuentra inmerso en el proceso para pedir que sea Fiesta de Interés Turístico Autonómico. «Llevamos un tiempo luchando para conseguirlo», explicó el alcalde. «Desde que se declaró provincial estamos trabajando en ello. Nos exigen una serie de requisitos y condicionantes y ya cumplimos algunos», añadió.

Entre ellos, estaría precisamente el reclamo turístico que supone esta fiesta para un municipio de apenas 1.200 habitantes. No sólo el fin de semana vuelven a la localidad los vecinos que residen fuera de ella a reencontrarse con sus familiares y amigos, sino que visitantes de la comarca y la provincia tienen en su calendario esta cita anual y llenan las calles sin que apenas quepa un alfiler. Entre ellos, los usuarios de autocaravanas para los que el Ayuntamiento acondiciona el campo de fútbol para ubicar sus vehículos durante los dos días. «Tenemos 120 autocaravanas este año», afirmó Cantó. Y esperan que sea así cada año.

Para hoy, el municipio tiene prevista una misa de campaña y la tradicional bendición de animales que también se celebra con motivo de Sant Antoni en otros municipios de la comarca.