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Tárbena

Un apicultor denuncia el exterminio de sus abejas por la fumigación antiXylella

El dueño de 270 colmenas en Tárbena afirma que las tareas de desinfección se realizaron hasta en tres ocasiones sin aviso previo, por lo que no pudo poner a salvo sus enjambres

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Un apicultor denuncia el exterminio de sus abejas por las fumigaciones del Consell contra la Xylella

Nuevas tensiones entre los agricultores de la Marina Baixa y el Consell a cuenta de la plaga de la Xylella, que se ha propagado ya entre miles de almendros de la provincia. Así, un apicultor de Tárbena ha denunciado ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil el exterminio de muchas de sus abejas por las fumigaciones practicadas por el Consell en un bancal próximo a su apiario para acabar con la plaga de la Xylella, como se expone en un escrito al que ha tenido acceso este diario con fecha del pasado 9 de enero.

Como se recordará, el Consell viene cumpliendo con el intenso protocolo marcado por la Unión Europea contra la Xylella para acabar con la bacteria que se ha adueñado de muchos bancales alicantinos en las comarcas de la Marina Baixa, la Marina Alta y El Comtat. Esas tareas pasan por triturar los árboles infectados y, después, fumigar la zona. Una línea de actuación que no respaldan algunos colectivos como la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), quienes han considerado en más de una ocasión que se trata de tratamientos muy agresivos con el entorno. Por contra, desde la Generalitat siguen defendiendo que es la única forma para derrotar a esta plaga.

Actuación sin previo aviso

La denuncia del apicultor de Tárbena ha abierto la espita sobre las formas del Consell a la hora de actuar contra la plaga de la Xylella. En concreto, el dueño de este apiario de Tárbena, conformado nada menos que por 270 colmenares, critica que no se le haya avisado de forma previa a la fumigación. «Si hubiera sabido que iban a actuar habría mantenido a las abejas a salvo», lamentó ayer este afectado, a preguntas de este periódico.

El apicultor explicó ayer que hasta en tres ocasiones los operarios de Tragsa, la empresa dependiente del Consell que se ocupa de estas tareas, han fumigado sin aviso previo. «Primero fue en septiembre, luego en diciembre y, hace la semana pasada otra vez», criticó este hombre. Fue durante las últimas labores de desinfección cuando el afectado pudo ser testigo de las actuaciones. «Estaban fumigando la zona y había muchas abejas muertas», apunta.

Producción en riesgo

El problema para este apicultor ya no es solo la muerte de las abejas que habían salido a pecorear durante las jornadas de fumigación. «Las que no hayan muerto envenenadas lo harán por el frío al perderse el volumen de los individuos de las colmenas», advirtió el dueño del apiario, quien fue más allá y evidenció sus temores. «No sé si el año que viene podré producir, este año ya he perdido la cosecha», lamentó.

Desde Asaja manifestaron ayer una vez más el rechazo a las actuaciones realizadas por el Consell en este sentido y señalaron que estarán pendientes y seguirán este caso en concreto para analizar qué ha pasado.

«Estaba previsto»

Desde la conselleria de Agricultura y Medio Ambiente manifestaron ayer su sorpresa ante esta situación. «No entendemos qué ha podido pasar», señalaron desde el departamento autonómico a la vez que apuntaron a que el producto empleado durante los fumigaciones es inofensivo para las abejas. «Se empleó Audase, un producto que está registrado y autorizado para estos usos y es respetuoso con las abejas», sostuvieron desde la Generalitat. En la propia denuncia se indica también que ese fue el producto usado durante las tareas.

En lo relativo a los plazos de aviso, desde Agricultura y Medio Ambiente defendieron que las fumigaciones siempre se realizan tras triturar los árboles. «Estaba previsto que se realizaran las tareas», indicaron fuentes del departamento autonómico.

Choques previos

No es la primera vez que apicultores y Consell se enfrentan por esta cuestión. Hace algo más de un año, en noviembre de 2017, los apicultores frenaron ya varias fumigaciones contra la bacteria para evitar poner en riesgo a sus colmenas.

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