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La Vila Joiosa

Un hospital en la boca del lobo

Los trabajadores del centro sanitario comarcal reclaman más iluminación en los accesos tras la agresión sexual sufrida por una celadora

Un hospital en la boca del lobo

Salir del trabajo o de acompañar a un enfermo en el Hospital Comarcal de la Marina Baixa una vez que ha caído la noche se ha convertido desde hace una semana para empleados y usuarios en una acción que exige estar alerta. La agresión sexual sufrida por una celadora hace dos lunes, cuando dos hombres con el rostro totalmente cubierto por cascos integrales la golpearon para robarle y abusaron de ella, ha vuelto a poner el foco en la precariedad de las infraestructuras sanitarias de esta comarca y también del entorno que las rodea; especialmente, en lo que respecta al hospital público.

Este centro sanitario, el único de referencia para los más de 200.000 residentes censados en la Marina Baixa más la población flotante, se encuentra enclavado en término municipal de La Vila Joiosa pero realmente está en tierra de nadie: a mitad de camino entre esta localidad y Benidorm y atravesado por la Nacional 332 y la autopista AP-7, pero sin enlaces directos con ninguna de ella. A pesar de que en el último año se han ejecutado mejoras en la conexión entre la antigua N-332 y la entrada al Hospital, las obras se han limitado al tramo inicial de esta vía, olvidando el más próximo al recinto de la Conselleria de Sanidad.

Por eso, adentrarse de noche en la avenida del Alcalde En Jaume Botella Mayor, nombre oficial de esta vía en homenaje al alcalde que inició los trámites para su construcción, es lo más parecido a entrar en la boca del lobo. Al mal estado en sí de la calzada se une la falta de iluminación, dado que las farolas apenas llegan a una cuarta parte de la carretera. Este hecho hace que el último tramo y la entrada al Hospital estén totalmente a oscuras.

Y lo mismo ocurre en otras zonas colindantes, como el parking «provisional» ubicado sobre un pequeño montículo anexo al recinto, en el que decenas de trabajadores y usuarios se ven obligados a diario a aparcar sus coches ante la falta de plazas en el aparcamiento principal; o en los caminos secundarios que también se utilizan muchas veces para estacionar. En uno de ellos es donde tuvo lugar la agresión a esta joven celadora, poco después de las diez de la noche, cuando había finalizado su jornada laboral y se dirigía a coger su coche para regresar a casa.

Reivindicaciones

«Ante la grave agresión que ha sufrido una compañera...». Éste es el encabezamiento de una carta remitida días atrás por la junta de personal del departamento de salud al alcalde de La Vila Joiosa, el socialista Andreu Verdú. En ella, los representantes sindicales de la plantilla, que al día siguiente de la agresión convocaron concentraciones de repulsa en todos los centros sanitarios de la comarca que secundaron masivamente todos los trabajadores, reclaman al regidor que se ilumine adecuadamente el acceso al Hospital, «una solicitud que ya se ha hecho en numerosas ocasiones desde esta junta» sin haber logrado el objetivo, tal y como también le recuerdan. «En cuanto te aproximas al Hospital todo es oscuridad, pues aunque haya farolas, éstas no están encendidas», inciden los sindicatos en su escrito.

En él también alertan de que es «muy necesario»iluminar el parking exterior, el más alejado y aislado, que ahora carece de cualquier tipo de iluminación. Y, aunque reconocen que no se puede culpar a estas circunstancias de la agresión cometida contra la trabajadora por parte de esos dos hombres, aún en paradero desconocido, «sí son un factor muy a tener en cuenta».

Una petición atendida

Ante el temor de muchas trabajadoras y usuarias de poder acabar siendo nuevas víctimas de una agresión similar, tanto la junta de personal como la dirección del departamento de salud también reclamaron desde el mismo día que ocurrieron los hechos mayor presencia policial en el entorno del Hospital. Y esta petición, al menos, sí habría sido atendida. Fuentes sindicales confirmaron que tanto la Guardia Civil como la Policía Local han incrementado su presencia en las inmediaciones del centro, principalmente a las horas de entrada y salida de empleados en turno de noche. «Es el primer paso, pero creemos que no tiene que ser el único», agregaron.

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