Temporal capeado, al menos por ahora. El departamento autonómico de Turismo, que dirige el socialista Francesc Colomer, escenificó ayer su particular episodio de reconciliación con los empresarios del sector del alquiler vacacional después de varias semanas de fuertes tensiones a raíz de la nueva legislación en materia turística aprobada por la Generalitat. Así, el número dos de Colomer, Josep Gisbert, mantuvo ayer un encuentro durante más de tres horas con representantes de diferentes asociaciones empresariales de este ámbito para analizar el decreto que regulará los alojamientos turísticos basándose en las normas introducidas en esta ley. Una reunión que ambos bandos definieron como «cordial» y «productivo».
El detonante de la disputa que ha mantenido durante meses las patronales del alquiler turístico y el departamento de Colomer no es otro que el artículo 65 de la nueva Ley de Turismo. En este punto se establece que «son viviendas de uso turístico: los inmuebles completos, cualquiera que sea su tipología, que, contando con el informe municipal de compatibilidad urbanística que permita dicho uso». Una norma que, a efectos prácticos, deja en manos de los ayuntamiento la decisión final a la hora de autorizar un nuevo piso turístico en su término municipal.
Un punto que se convirtió en un foco de conflicto unos meses después de que entrara en vigor la ley ya que muchas administraciones municipales dejaron de otorgar nuevas licencias por la confusión que el informe de compatibilidad urbanística generaba. Así las cosas, la tensión fue in crescendo hasta que el pasado mes de diciembre, tras varios encuentros con el sector no exentos de polémica, Turismo atajó las quejas a través de una disposición adicional con la que se aclara que los viviendas de uso vacacional pueden estar ubicadas tanto en suelo terciario -reservado a negocios- como en terreno residencial siempre que la carta urbanística de cada municipio no diga lo contrario.
Flexibilización
Con la flexibilización de la norma Colomer se ha apuntado un tanto ante los empresarios del alquiler de uso vacacional. De hecho, la buena sintonía entre ambos lados quedó ayer patente en la reunión donde se abordó los pormenores del decreto que regulará los alojamientos turísticos. Así, el director general de Turismo, Josep Gisbert, explicó que los empresarios del sector han planteado «cuestiones sensatas» que serán estudiadas por el departamento con el fin de mejorar la tramitación de la norma. Gisbert fue más allá y reivindicó la importancia de este modelo de alojamiento. «Sabemos que es la modalidad preponderante», lanzó el número dos de Colomer, quien especificó que la intención de Turismo no es limitar la actividad.
«Receptivos»
También hubieron buenas palabras por parte de los empresarios de los pisos turísticos. Así, el presidente de Aptur, la patronal del sector en la Costa Blanca, Miguel Ángel Sotillos, consideró que desde el Consell se han mostrado muy «receptivos». «Hay muchos artículos por pulir en el decreto pero creemos que se puede hacer un buen trabajo conjunto», matizó Sotillos.
Asimismo, Esteban Cobos, miembro del Cercle Empresarial de la Marina Alta, suscribió la opinión de Aptur y añadió la confianza depositada por parte de su asociación en que las aportaciones realizadas por los empresarios quedan materializados en el documento final, que aún está en fase de estudio y después será sometido a exposición pública.
