La primera mitad estuvo marcada por la incertidumbre pero en la segunda se han acabado disipando todas las dudas. El año 2018 pasará a la historia del turismo en Benidorm como uno de los ejercicios con mejores resultados para el sector hotelero, con registros históricos pese a haber tenido que luchar con numerosos factores que, inicialmente, se habían puesto en su contra.

Así se refleja en el avance de resultados publicado ayer por la patronal turística Hosbec, según el cual la ciudad superó los 11,7 millones de pernoctaciones en camas de hotel y consiguió ocupar el año 8 de cada diez plazas durante todo el año. Por eso, el presidente de los hoteleros, Antonio Mayor, no dudó ayer en afirmar que se trata de unos resultados que «cualquier empresario firmaría por tener garantizados para los próximos diez años».

Razones no le faltan. El estudio elaborado por la asociación turística apunta que los hoteles tuvieron ocupadas el 84,3 por ciento de sus habitaciones durante los 12 meses del año, lo que supone el segundo mejor registro desde 2003. En estos quince años, sólo 2017 cerró con un resultado mejor: 84,5%, únicamente dos décimas por encima que en esta ocasión. Ahora bien, aunque la media de ocupación fue ligeramente inferior, la ciudad experimentó un crecimiento en el número de pernoctaciones realizadas por los turistas: 11.714.500, un 0,1% más que durante el año anterior, lo que lleva a los hoteles a igualar el récord histórico de 2016, cuando también se rozaron con los dedos los 12 millones de estancias.

Vasos comunicantes

Parte del mérito de estos buenos resultados lo encontramos en el mercado español. O, como lo define Hosbec, en la «teoría de los vasos comunicantes entre el turismo nacional y el británico». La llegada de huéspedes nacionales a Benidorm experimentó a lo largo del pasado año un incremento del 11% con respecto al inmediatamente anterior, lo que se traduce en 494.000 pernoctaciones más, hasta alcanzar un total de 5,3 millones.

Este incremento sirvió para equilibrar la brusca caída del mercado inglés, que durante todo el año ha venido experimentando continuados descensos en la Costa Blanca, principalmente por el desvío de viajeros hacia otros destinos emergentes tras años en crisis, como Turquía o Egipto. Esta bajada llevó al turismo británico a cerrar 2018 con una caída del 8% en el número de pernoctaciones en Benidorm: 5 millones en total, dejándose 454.000 en el camino.

Portugal fue otro de los emisores que más aportó a la ciudad turística, gracias en parte a la apertura durante todo el año de dos conexiones aéreas: una con Lisboa y otra con Oporto. Esta mejora de la conectividad, unida a la fidelidad de los portugueses con Benidorm, sobre todo en los meses estivales, permitió un crecimiento del 17% en este mercado, hasta alcanzar las 175.000 pernoctaciones.

Satisfacción en Hosbec

Ante estos resultados, que vuelven a ratificar al turismo como una de las principales industrias productivas de la provincia, el presidente de Hosbec, Antonio Mayor, no pudo ayer más que mostrarse «muy satisfecho, a pesar de las circunstancias en las que se ha trabajado». Mayor recordó que el buen tiempo reinante en toda Europa durante el verano, unido a la celebración del Mundial de Fútbol, «restó interés de los mercados internacionales» durante la primera mitad del año.

Sin embargo, el dirigente empresarial reconoció que «pocos destinos turísticos pueden presentar este informe de solvencia, a pesar de la apertura y la fuerte comercialización de los destinos competidores como Turquía y Egipto». «Cualquier empresario del sector firmaba estos resultados garantizados par los próximos diez años», concluyó Mayor.