Visitar la Villa Romana de l'Albir, ubicada en l'Alfàs del Pi, es conocer desde arriba cómo eran unas termas en aquella época o cómo se enterraba a los miembros de una familia. Pero además, es poder ver en realidad aumentada cómo eran los trozos de muro que delimitan esos baños cuando eran paredes de estancias vivas. Pero el yacimiento que forma el museo al aire libre tiene aún mucho por descubrir y, lo que se ve, es sólo una parte mínima de lo que esconde el subsuelo.

Para ello, el área de Cultura y Patrimonio cuenta ya con un proyecto para excavar y musealizar la parte sur y este de las termas (sectores II y IV) donde se localizan restos de la «pars» urbana, la zona residencial del asentamiento. Es decir, dónde está escondida la parte de la vivienda, los almacenes o la zona de trabajo de los antiguos moradores de la villa. El conjunto, formado por una extensa necrópolis, un mausoleo y esa villa data entre los siglos IV a VII.

La arqueóloga municipal, Carolina Frías, explicó que «con este proyecto podremos sacar a la luz lo que queda del yacimiento dentro de la parcela municipal». Es decir, una tercera fase que «permita acabar de conocer y exponer al público la parte de las habitaciones o los almacenes» y que completen el conjunto de las termas y la necrópolis. Pero esta villa podría tener una parte aún más monumental que, por ahora, no podrá excavarse ya que se extiende por debajo de edificios de viviendas.

Lo que sí se sabe es que en esa parte sur y este hay restos de edificios. Y es que el pasado año, la unidad de Geodetección de Patrimonio Histórico de la Universidad de Cádiz (UCA), coordinada por el profesor Lázaro Lagóstena, realizó una prospección geofísica en la zona para comprobar la posible existencia de esos restos arqueológicos que puedan conservarse en el subsuelo en ese área aún por descubrir. «Tenemos indicadores de que hay edificios en una zona en la que no sabíamos que podían estar; ahora cuando excavemos podremos ver a qué corresponden exactamente», apuntó Frías.

Seis meses de trabajo

Seis meses de trabajoPara poder sacar a la luz una parte de la historia de la Villa Romana aún por descubrir, el Ayuntamiento recibió una ayuda europea de 113.000 euros, a través del Programa Operativo FEDER 2014-2020 de la Generalitat, destinado a la conservación y recuperación de bienes culturales y patrimoniales. El coste del proyecto se eleva hasta los 250.000 euros y será cofinanciado a partes iguales por el Consistorio y esos fondos europeos. Así, la previsión es que los trabajos duren seis meses y tengan una parte social que permita contratar personas desempleadas para ello, apuntó la experta.

El proyecto además tiene una parte de socialización del patrimonio y de difusión. Para ello, el museo al aire libre ya cuenta con unas «tablets» en la que los usuarios pueden ver, a través de realidad aumentada en 3D del conjunto de la termas sobre el propio yacimiento. Pero la nueva fase de musealización irá un paso más allá: la realidad virtual con la que se podrá hacer un viaje al interior de las estancias con unas gafas. «Hemos trabajado con el equipo de Patrimonio Virtual de la UA para desarrollar esa 'app'», explicó la arqueóloga.

Así que aquellos que visiten en un futuro la Villa Romana tras estas excavaciones y la ampliación de la musealización podrán sentir cómo vivían los ciudadanos romanos de la época a través de un vídeo que permitirá recrear la vida de ese momento. Para ello, según Frías, se ha hecho un trabajo de documentación previa para saber cómo vestían, qué comían o, incluso, qué ruidos se oían. «Es un complemento diferente para una visita para conocer el patrimonio», añadió. En definitiva, ponerse en la piel de los romanos a través de la tecnología.