Paradas desde 2011 y sin visos de que se puedan volver a retomar a corto o medio plazo. La Conselleria de Educación continúa sin dar con la solución para sacar al instituto Pere Maria Orts i Bosch de Benidorm del bloqueo en el que se encuentran sus obras de ampliación y reforma desde hace más de siete años, unas obras que mantienen una gran parte del edificio sin uso y con la mitad de sus más de 700 alumnos estudiando en barracones. Fuentes del departamento que dirige el conseller Vicent Marzà indicaron que la Generalitat sigue sin haber tomado ninguna decisión sobre cuándo y de qué manera podría retomarse la construcción, ni tampoco pudieron concretar si finalmente, como se llegó a barajar hace unos meses, habrá que derribar el inmueble original por los daños detectados en su estructura o si hay posibilidad de reparación.
El primer instituto que se construyó en Benidorm lleva inmerso en esta reforma desde julio del año 2009, cuando el entonces conseller Alejandro Font de Mora puso la primera piedra de un ambicioso proyecto para dotar a este centro de unas instalaciones mucho más grandes y modernas. Los trabajos tenían un plazo de ejecución de 24 meses pero en marzo de 2011, cuando estaban ejecutados al 85%, la empresa adjudicataria quebró y abandonó los trabajos de la noche a la mañana. Durante seis años, ni la Generalitat del PP ni la del Pacte del Botànic habían logrado encarrilar la situación, a pesar de que a principios de legislatura, Ximo Puig y Vicent Marzà anunciaron un ambicioso plan para acabar con los barracones donde prometieron que las obras de este centro estarían acabadas en el primer semestre de 2016. Tampoco fue así.
Un espejismo en febrero
La luz se abrió en febrero del pasado año, cuando la nueva constructora contratada por Educación, Construcciones San José, se hizo cargo de los trabajos que todavía restaban y que el Consell le adjudicó por 1,3 millones. Dos meses después, tras las vacaciones de Semana Santa, los alumnos y profesores regresaron al instituto y lo hallaron de nuevo vacío de obreros, sin material de obra y sin la gran pancarta que la constructora había desplegado. ¿El motivo? Unos daños estructurales en el primer edificio de este centro, que la empresa encargada de las obras detectó y valoró como «problemas graves» en el forjado, alertando de que los mismos podían poner en peligro la estructura. La mercantil afirmó que Educación no le había advertido previamente de los mismos ni su posible reparación tampoco se incluía en el contrato de obra. Ante esta situación, Construcciones San José optó por volver a paralizar los trabajos hasta tener una valoración de la gravedad de los daños, así como informes técnicos y del Consell de cómo proceder.
Enfado de la comunidad educativa
Para intentar apaciguar el monumental enfado de la comunidad educativa al ver que las máquinas volvían a marcharse del Pere Maria, la Dirección General de Infraestructuras Educativas se reunió en València con una representación de profesores, alumnos y padres, con quienes se comprometió a contratar a una empresa especializada en patologías de la edificación para valorar el estado del forjado y tener una solución. El plazo para darles respuesta: el mes de septiembre. El estudio se llevó a cabo en julio pero a fecha de hoy, en el centro siguen sin conocer sus resultados.
Tampoco desde la conselleria de Educación han podido concretar a este diario qué dice ese informe ni si hay posibilidad de reparar la estructura o no queda otra que meter la piqueta y echar el edificio abajo. Y ello, a pesar de que este diario lleva desde el pasado septiembre intentando obtener respuestas.
Desde el instituto volvieron a lamentarse una vez más y a mostrar su frustración por sentir que desde València no se les tiene en cuenta.
