Usar hasta tres toallas limpias en un mismo día, mantener encendido el aire acondicionado de la habitación las 24 horas o dejar el grifo abierto y el agua correr. Son sólo ejemplos de los derroches que cometen algunos de los huéspedes de conocidos alojamientos de Benidorm, como expusieron ayer sus responsables durante una jornada sobre sostenibilidad hotelera celebrada la mañana de ayer en el hotel Melià Villaitana de la capital turística.

En concreto, la jornada «Re Think Hotel» que se celebró ayer en Benidorm y que, además, da nombre a un concurso de ámbito nacional que tiene como objeto el reconocimiento y promoción de los diez mejores proyectos de sostenibilidad y rehabilitación hotelera en España, abordó la innovación aplicada ya por algunos alojamientos de la ciudad turística para continuar por la senda de la innovación y mantener siempre a la vanguardia.

Se trata de un camino con el que los hoteleros buscan transformar sus establecimientos en edificios sostenibles y, de paso, abaratar costes en la factura eléctrica. Una carrera que ya cuenta con varios obstáculos, entre los que destaca la actitud de parte de sus clientes. Así lo pusieron ayer de manifiesto los responsables de algunos de los alojamientos más destacados de la ciudad turística durante la mesa que se centró en «Innovación Hotelera: La renovación y el diseño como atractor de la demanda».

Tras un intenso debate sobre los logros que ya se han realizado en este sentido en los establecimientos de las cadenas Servigroup o Poseidón o en otros alojamientos como el Don Pancho o el Gran Hotel Bali, la charla llegó a su punto más álgido. «A mí la demanda no me pide innovación. Nos estamos anticipando, que es lo que tenemos que hacer pero el cliente, por norma general, no es sostenible», lanzó Francisco Quiles, director general del Don Pancho. Y abrió el melón.

Las malas prácticas de algunos huéspedes centró, por unos minutos, el debate. «Hay clientes que nos piden tres toallas en un sólo día o una segunda tarjeta de entrada a la habitación para mantener el sistema de refrigeración encendido mientras están en la playa», explicó Quiles, quien explicó que, aunque sea un derroche, no se le puede negar al cliente. «Sabes que si lo haces te acabarás encontrando un mal comentario sobre tu negocio en cualquier portal online», lamentó el responsable del Don Pancho.

Ante esta inquietud, el director del Gran Hotel Bali, Óscar Murillo, consideró que se trata de un problema general. «No podemos eliminar de un plumazo ese mal uso que hacen los huéspedes. Esa tarea debemos hacerla desde el hotel», apuntó Murillo. Sus palabras fueron refrendadas por Juan Díaz, coordinador de Comunicación del Grupo Servigroup, quien detalló que algunos establecimientos de su cadena han incorporado un novedoso sistema que, a través de sensores, desactiva el aire acondicionado de la habitación si se abre la terraza de la misma.

«La sensibilidad de las empresas, en este caso, está por encima de la de los clientes», concluyó Pere Joan Devesa, del grupo Poseidón, como conclusión de esta parte del coloquio que presenciaron un nutrido grupo de empresarios del sector turístico, así como arquitectos y otros profesionales ligados a la industria hotelera.

Un territorio inteligente

El alcalde de Benidorm, Toni Pérez, fue uno de los encargados de inaugurar la jornada que tuvo lugar en el hotel Meliá Villaitana. Durante su discurso, el primer edil benidormense destacó la importancia de transitar por «la senda de la innovación, la accesibilidad y la sostenibilidad como ya está haciendo Benidorm para convertirse en el Primer Destino Turístico Inteligente Certificado del mundo». El resto de participantes coincidieron en que de nada sirve que un establecimiento sea sostenible si su territorio no lo es. Una tarea en la que Benidorm ya está manos a la obra.