No son afectados directos pero temen que si se lleva a cabo el derribo de las dos torres de 22 alturas su día a día será de nuevo el de los camiones y las molestias por las obras. Los residentes de alrededor de los edificios Gemelos 28 de Benidorm tienen opiniones encontradas. Algunos piden que si las torres son «ilegales», hay que «cumplir la sentencia». Pero otros apuntan a que con ello no se «ganará nada» porque en el mismo lugar se puede volver a alzar un edificio o dos.
Así que piensan que la calle «estrecha» en la que viven, la denominada Alcalde Manuel Catalán Chana, se convertirá de nuevo en «un ir y venir de camiones» y de ruido de obras ya que, según apuntan, demoler esos dos rascacielos no se hará en un abrir y cerrar de ojos. «Seguramente los desmonten poco a poco y eso llevará años», apuntaron. Así recalcan que ya vivieron la demolición del edificio de Coblanca 10 que ocupaba antiguamente la parcela «durante más de un año» y que luego «sufrimos» las obras de contrucción de las actuales torres «casi tres años más». Y todo en una zona en la que la calzada es estrecha, con apenas dos carriles y las aceras, por donde tendrán que pasar todos los camiones. «Es una calle maldita», apuntó uno de los residentes. Además destacó que «le han cambiado tres veces el nombre, de calle 25 a Hamburgo para acabar con el del alcalde (Manuel Catalán Chana), que firmó la primera licencia del solar». Casualidades de la vida.
