En 1936, la Guerra Civil acabó con el retablo barroco del altar mayor de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Guadalest, además de con todas las imágenes que había en el templo. Desde entonces, han sido varios los intentos de llenar ese vacío que hasta ahora ocupaba una imagen de estilo moderno de la patrona. Ahora, una nueva talla luce en esta parte de la iglesia para la que han sido necesarios ocho años de trabajo.
Este nuevo retablo está dedicado a la Asunción de la Virgen María, patrona del municipio y titular de la parroquia. El primer templo que allí se alzaba fue reformado en 1753 y hasta la Guerra Civil contó con un retablo barroco. Además, a mitad del siglo XX, debido a los problemas estructurales encontrados en la cúpula, crucero y altar, se decidió derribar esas partes para cerrarlas con el actual ábside donde se situaba esa imagen moderna de la virgen.
En 1990, según las fuentes consultadas, un grupo de personas del pueblo, ante el deterioro de la iglesia, formaron una Junta Parroquial que decidió que había que reformar el edificio. Las obras se hicieron en el tejado, paredes, suelos, carpintería o iluminación, además de ampliar algunas dependencias como la sacristía. Pero aún quedaba poder tener una talla que se viera en el altar mayor.
Primero decidieron en 2008 realizar un retablo para la Capilla del Sagrario que fue encargado al pintor alcoyano David Pastor Corbí, residente en La Nucía. Pero ese no sería el único encargo que le hicieron, según las mismas fuentes. La petición incluía realizar un boceto para la nueva talla del altar que debía dedicarse a la patrona.
Ocho años de trabajo
El diseño fue aprobado en 2011. Constaba de 10 lienzos, todos dedicados a la vida de la Virgen María. En el centro, uno de grandes dimensiones (de casi 3 metros por 1,7) con la imagen de la Asunción; además, dos laterales dedicados al nacimiento de Jesús y la crucifixión (1,7 por 1,1 metros).
Los otros siete, de menor tamaño, irían en la «predela» y tendrían diferentes escenas de la vida de la Virgen. El primero de ellos se terminó en 2012 y fue el de la Natividad; el último, en agosto de este año con la Dormición. Casi una década de trabajo en total.
En ellos, David Pastor además tuvo una colaboración especial: la de vecinos de la comarca. Así, María, José o los apóstoles con «personas con nombres y apellidos» que hicieron de modelos. Incluso, uno de los rabinos del cuadro central es un autorretrato del pintor.
Paralelamente, en 2013, la Junta Parroquial encargó a un ebanista de Altea, José María Moya, otro boceto de la estructura donde se iban a situar estos cuadros. Así, la talla es de «nogal americano», con unas medidas de 5 por casi 6 metros con forma curva que se adapta al ábside, según explicaron las mismas fuentes. Más tarde se añadió la «sede» para el sacerdote en el centro. El remate del conjunto es «un óvalo con una cruz y tiene tallado el anagrama mariano» diseñado por el pintor.
Todo el conjunto se colocó en la parroquia el pasado mes de mayo pero no fue hasta el pasado día 10 de noviembre cuando el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, bendijo el nuevo retablo.
Aportaciones de los turistas
Para financiar la talla, la Junta Parroquial ha conseguido donaciones de los feligreses del municipio, aportaciones de los turistas que cada día acuden a la localidad y los beneficios de diferentes actividades. Además, cada uno de los siete cuadros de la parte inferior han sido costeados por las familias de los miembros de esa junta.
Así que la parroquia de Guadalest cuenta ya con un nuevo retablo que se unirá a los atractivos de uno de los municipios con más museos por metro cuadrado y donde cada día acuden miles de turistas a contemplar su patrimonio.
