Diecinueve familias de otros tantos alumnos de Primaria de Altea con edades comprendidas entre los 3 y los 16 años se sienten abandonadas por la Administración de Función Pública de la Comunidad al no recibir «una respuesta clara y convincente» a la solución demandada por los padres ante el problema que padece la comunidad escolar alteana por la falta del fisioterapeuta que debe atender a los escolares del municipio con enfermedades crónicas. Además, el instituto Altaia carece también de un educador especial desde el inicio del curso escolar.

Los padres y madres de los alumnos afectados se están movilizando «para solucionar el problema, dada la pasividad de la Administración autonómica» y el pasado jueves se reunieron con la concejala de Educación, Vicenta Pérez, para explicarle la situación y solicitar la ayuda del Ayuntamiento, tanto para los alumnos del colegio como para los del instituto.

En Altea hay cinco colegios de Primaria (tres en el casco urbano, uno en La Olla y uno en Altea la Vella), y el Garganes es el centro que tiene el servicio de fisioterapeuta para los alumnos del municipio. Pérez señaló el pasado viernes que la contratación de este profesional no depende de la Consellería de Educación sino de la de Función Pública al ser un personal no docente, y añadió que desde el Ayuntamiento «estamos viendo la posibilidad para paliar, en la medida de nuestras posibilidades, la falta de fisioterapeuta para que los niños y sus familias no pierdan completamente sus tratamientos». La concejala indicó en que está en conversaciones con las AMPA y la Asociación Integra Marina Baixa de padres de niños con autismo para contratar provisionalmente a uno de los fisioterapeutas que presta servicio a esta asociación comarcal hasta que se cubra la plaza del Garganes.

El pasado fin de semana, representantes de las familias de los alumnos afectados señalaron a INFORMACIÓN que «el fisioterapeuta renunció a la plaza existente» y que esta actitud «ha trastocado gravemente el quehacer diario tanto de los niños como de sus familias» porque son alumnos «con enfermedades y patologías tales como encefalopatía hipóxico-isquémica, neuropatía sensitivo motora tipo III con afectación de todos los miembros, hipotonías musculares, tortícolis congénitas, escoliosis, retrasos severos del desarrollo motor con afectación de la coordinación y ajustes posturales que necesitan mucha ayuda».

Los padres están muy preocupados después de haber intentado ponerse en contacto con los distintos departamentos de la Administración autonómica «llamando por teléfono y enviado correos a Inspección Educativa, Función Pública, Dirección General de Personal, etc., para que se cubra las plazas de fisioterapeuta en el colegio Garganes y de educador en el IES Altaia», y de recibir como respuesta «que hay mucho papeleo, muchos trámites y mucho trabajo acumulado. Todos dicen que nos entienden, pero que somos una queja más».

Sin demora

Los padres buscan el medio «para que estas plazas no tarden meses en cubrirse, porque los grandísimos perjudicados son nuestros hijos. El no tener un fisioterapeuta provoca que a algunos niños se les atrofie su musculatura y padezcan problemas respiratorios. Y que no haya educador repercute en el rendimiento académico y también en el aspecto emocional de los niños», aseveraron unos padres que están muy preocupados por estos servicios «imprescindibles y necesarios para la inclusión y la integración de nuestros hijos en la escuela pública».