La última mascletà de las Fiestas Mayores Patronales de Benidorm fue la más emotiva. Y es que el espectáculo pirotécnico se lanzó en recuerdo de los peñistas fallecidos lo que provocó el aplauso y alguna lágrima entre el público asistente.

La mascletà arrancó cinco minutos más tarde de lo previsto porque antes de que la pólvora y el humo lo inundara todo, l'Associació de Penyes Verge del Sofratge, quien patrocinaba este disparo, recordó a aquellos que ya no están y que «gracias a ellos ha sido posible hacer la fiesta como ahora la conocemos», según afirmó el presidente de l'Associació de Penyes, Daniel Luque.

Un minuto de silencio precedió al momento en el que los miembros de la entidad, muy emocionados tras un año de mandato, encendieron la mecha tras decir alto y claro: «senyor pirotécnic, pot començar la mascletà (señor pirotécnico, puede empezar la mascletà)»; un arranque que se utiliza en otras fiestas como las Fallas de Valencia y que este año también ha llegado a todas las mascletàs de Benidorm.

En ese momento, una traca arrancó la mascletà que corrió a cargo de Pirotecnia Lluch. En total 96 kilos de pólvora que sonaron bien fuerte durante varios minutos. El espectáculo pirotécnico fue de los clásicos aunque añadiendo toques digitales, según el responsable Juan Miguel Lluch.

Así arrancó con un «arrebato» que luego dio paso a «cinco cuerpos terrestres» acompañados por fuego aéreo que llenó de humo todo Jaime I e incluso obligó a los que se encontraban en la parte baja de la avenida a taparse los ojos y la nariz debido a que el viento lo desplazó hacia ellos.

Las Reinas y damas, en primera fila, terminaron tapándose unas a otras pero sin querer perderse un segundo de la mascletà que concluyó con un terremoto, que hizo vibrar el suelo y retumbar las ventanas. Un largo aplauso tanto por el espectáculo como a l'Associació de Penyes de todos los asistentes puso el punto final.