La pirotecnia valenciana Ricasa puso ayer el broche de oro a las Fiestas Mayores Patronales de Benidorm con el disparo de un espectacular castillo de fuegos artificiales que iluminó el cielo de Benidorm con flores, dibujos, palmeras y todo tipo de artificios, y que siguieron miles de personas desde distintos puntos de la ciudad. La Comisión que preside Francisco Marín quería que este castillo sirviera como homenaje final a sus reinas, Fátima Carrobles y Anna Calbo, así como a las damas de sus cortes. Y así lo fue: 1.300 kilos de pólvora y casi veinte minutos de duración, que no dejaron indiferente a nadie.