Mucho ingenio, pero a paso demasiado lento. Benidorm asistió ayer a uno de los desfiles del Humor más socarrones de los últimos años, en el que trece peñas desplegaron sobre la calle toda su gracia para hacer reír a carcajadas a festeros, vecinos y turistas. La buena calidad general de todas las parodias no logró, no obstante, retener al público en sus asientos hasta el final, debido a que la amplia separación de las peñas entre paradas permitió que el sonido de las actuaciones no se mezclase entre sí, pero hizo que el desfile acumulara numerosos retrasos y no llegara hasta tribuna al filo de las once de la noche, cuando la gran mayoría de espectadores ya se habían marchado.

El pasacalle humorístico, en el que se impuso la Penya Els Coeters, se inició pasadas las siete de la tarde, este año con varias novedades sobre la pasada edición. La más destacada, que en toda la calle Ruzafa solo se colocaron sillas de pago en parte del recorrido, para evitar que la gente que hubiese abonado su «entrada» se quedase sin ver las actuaciones de los peñistas. La idea, promovida por la Associació de Penyes Verge del Sofratge como organizadora del acto, gustó a la mayoría del público y evitó que hubiera quejas como ocurría años atrás. Al menos en ese tramo, porque en Martínez Alejos, la parte final del recorrido, sí hubo sillas en ambos lados a lo largo de toda la calle.

Unanimidad en las críticas

Otra de las notas más destacadas del Desfile de anoche fue que la mayoría de peñas coincidieron en la temática que eligieron para sus parodias. Aunque cada uno realizó la puesta en escena a su manera, los temas de la política y la vida social que han acaparado la atención mediática a lo largo del último año se repitieron actuación tras actuación.

El cambio de color de la segunda falda de las damas de las Fiestas Mayores Patronales acordado por la Comisión; el globo que salió volando y que en su interior llevaba un broche de oro que iban a regalar a la reina infantil; los coches oficiales de la corte de honor; el cambio de ubicación de las mascletás; los supuestos amaños en las oposiciones para Policía Local; el armario del Ayuntamiento donde se guardan «cosas raras»; el «selfi» que se hizo portavoz de Cs, Rafa Gasent, al volante; el cambio de ubicación de la tumba de Franco o Freda Jackson, la turista británica que se quejó porque en Benidorm había muchos españoles, fueron algunos de los ganchos que sirvieron a los peñistas para generar risas. Pero no los únicos.

Además, tuvieron protagonismo el carril bici, la cancelación de conciertos durante el pasado verano o la multitud de fiestas que hay en Benidorm. Y, junto a todo ello, también hubo quienes abordaron otras críticas dirigidas a cargos festeros como el concejal de Fiestas, Jesús Carrobles, por acumular demasiados cargos; o el presidente de la Associació de Penyes, Dani Luque, por el concierto «remember» que organizó el colectivo el pasado verano o por el recorte del «precio» de los puntos para los peñistas.

Las críticas fueron encajadas con mucha deportividad por la mayoría de protagonistas a excepción de algunos. Entre ellos, las cortes de honor de la Comisión, cuyas integrantes, desde la tribuna de autoridades, mostraron emoticonos con caras de enfado a algunas peñas al término de sus parodias.