Pedir su protección; recordar a los que ya se fueron; trasladar tradiciones de padres a hijos, de abuelos a nietos; rogar por la salud de algún amigo o familiar. Tantas razones como personas acompañaron ayer a la patrona por las calles de su pueblo o se acercaron al casco antiguo para verla pasar a hombros de sus Mariners. Para demostrar, en definitiva, que la Virgen del Sufragio es para Benidorm mucho más que una imagen

Cientos de benidormenses dejaron de lado por unas horas el bullicio festero y vistieron de solemnidad las calles del centro para acompañar en procesión a la Mare de Déu del Sofratge. Con casi veinte minutos de retraso sobre la hora fijada, la Virgen abandonó el templo para salir a la calle y proteger con su manto a todos los que se sienten hijos de María. Mayorales de honor, mayoralas vestidas de «manola», y el abanderado de las Fiestas, José Ramón Francés, y su familia fueron los encargados de abrir paso al patrón, Sant Jaume, que como es tradición recorrió la ciudad a hombros de sus Costalers. Después, fue el turno de las reinas, Fátima Carrobles y Anna Calbo, junto a sus cortes de honor, que precedieron a la imagen de la patrona. Las tres agrupaciones musicales de la localidad, la Societat Musical La Nova, La Societat Musical L'Illa y la Unión Musical de Benidorm marcaron con sus compases el paso de toda la marcha procesional, que regresó a la iglesia de San Jaime y Santa Ana cerca de dos horas después, pasadas las nueve de la noche.

En la recámara de la Mare de Déu de Benidorm

En la recámara de la Mare de Déu de Benidorm

La procesión, que desde la calle Mayor enfiló la Alameda, acercó a la Virgen a la playa de Levante y después regresó al templo atravesando Martínez Alejos, el Paseo de la Carretera y Santa Faz, discurrió con algo de desorden en varios tramos del recorrido, donde las filas no guardaron paralelismo o se quedaron vacías. Y eso hizo que muchos devotos se quedaran tan atrás que acabaron saliendo en la procesión, incluso con sus cirios, no sólo por detrás de la patrona y de las autoridades, sino también de los músicos de la Unión Musical, que tradicionalmente son los encargados de cerrar el desfile.

Sin autoridades de «fuera»

Pese a encontrarnos ya plenamente en tiempo de descuento para las elecciones municipales y autonómicas, el día grande de las Fiestas Mayores Patronales apenas atrajo a políticos de fuera de la localidad para engrosar la fila de autoridades civiles en los actos oficiales. Tan sólo a una, la presidenta regional del PP, Isabel Bonig, que acudió a ver el disparo de la mascletà pero después se marchó y no se quedó a la procesión. Lo mismo ocurrió el sábado con el presidente de la Diputación, el también popular César Sánchez, que desfiló en la Ofrenda pero después no se quedó a los parlamentos. El resto de partidos tienen todavía su lista en blanco.