«N'es l'hora del alba d'avui, dia setze de marc de l'any de gràcia del mil set-cents quaranta». O lo que es lo mismo, aquel 16 de marzo de 1740 en el que Benidorm salvó a su patrona de entre las cenizas. Así arranca uno de los actos principales de las Fiestas Mayores Patronales de la capital turística y que rememoran cómo la patrona llegó a la ciudad hace 278 años. La recreación corre a cargo de la Agrupación Cultural y Recreativa La Barqueta quien se encarga cada año de convertir la arena de la playa de Poniente en el escenario perfecto.

Más de 60 personas son las encargadas de recrear aquel episodio en la historia de Benidorm. Aquel día, los vecinos paseaban por la playa o se dedicaban a tejer las redes de pescadores cuando de repente una embarcación en la lejanía les llama la atención y les interrumpe en sus rutinas.

La voz de José Bayona, fallecido en el año 2001, volvía a sonar en la playa gracias a la grabación que conserva La Barqueta. Él narra poco a poco la historia que aparece en numerosos documentos y actas notariales halladas y recopiladas por el historiador Pere Maria Orts i Bosch en el Archivo General de Simancas.

En el agua, tres pescadores, Antonio Bayona, Vicente Llorca y Miguel Llorca, son quienes localizan ese llondro en alta mar sin tripulación y deciden remolcarlo a la playa después de que otras poblaciones limítrofes lo dejaran pasar.

Este año, la tarea de los que representaban a estos tres personajes no fue fácil. Una embarcación remolcaba a la barca protagonista pero el intenso oleaje hizo que las maniobras para intentar alcanzar la orilla fueran más de las habituales. Finalmente se lanzaron al agua, y con ayuda de las propias olas, el llondro llegó a la orilla donde los demás participantes de la representación ayudaron a sacarlo del agua. En el momento en el que se disponen a comprobar junto al resto del pueblo y el juez de Marina qué se oculta en su interior, descubren una imagen de la Virgen con el niño en la popa del barco.

La imagen se quema

Sin embargo, la llegada de la Caballería les impedirá salvar la imagen de la patrona porque la barca está infectada con la peste y hay que destruirla. Tras un conflicto entre el capitán y el juez de Marina, que quiere salvar la nave, se ordena que quemen la embarcación para evitar un contagio en el pueblo. Finalmente arde a pesar de los intentos de las mujeres benidormenses de salvar la imagen de la Virgen.

Por un momento, el fuego lo inundó todo y el público asistente quedó prendado de las llamas. La embarcación tardó en quemarse un tiempo y casi al final, llegaba el último acto de la historia: los niños revisan las cenizas para sacar algo que pueda servirles, como los clavos y, de repente, encuentran la imagen de la Virgen del Sufragio intacta lo que la convierte en la patrona de Benidorm.

En el momento en que los participantes la alzaron, comenzó un castillo de fuegos artificiales que este año sonó con fuerza sobre la arena y las cabezas de la tribuna de autoridades donde se encontraban las Reinas, Fátima Carrobles y Anna Calbo, así como los presidentes de las entidades festeras, el alcalde Toni Pérez y el resto de la Corporación así como el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez.