El juicio por presunta estafa en las obras de la estructura del edificio InTempo de Benidorm quedó ayer visto para sentencia en la Audiencia de Alicante. La Fiscalía mantuvo ayer los cargos a los dos acusados y reclamó que fueran condenados a tres años de prisión por un intento de estafa en concurso con un delito de falsedad documental. Mientras que la defensa no sólo reclamó la libre absolución, sino que reprochó al fiscal el no haberlo hecho también porque las pruebas indicaban precisamente lo contrario, que no había delito alguno.

Los hechos se remontan al año 2012 durante los trabajos para ejecutar la estructura del InTempo, el edificio residencial más alto de Europa. Olga Urbana era la promotora y Kono la mercantil contratada para los trabajos, aunque ambas estaban en manos de las mismas personas. En junio de 2012, las dos mercantiles firmaron el finiquito de fin de obra. Sin embargo, poco meses después, en octubre de ese año, uno de los acusados Isidro Boronat emitió certificaciones de obra por las que se reclamaba más de un millón de euros por trabajos que no se habían cobrado por la estructura del coloso.

El fiscal aseguró ayer en su informe final que el único motivo por el que el perito no encontró en su análisis de las cuentas de Konos la partida con la deuda de más de un millón de euros por esos trabajos es porque ésta «no era real». Según la acusación, Boronat se valió de sus cargos en ambas empresas para emitir esos, a juicio del fiscal, falsos certificados de obra e intentar cobrarlos, con la colaboración del otro acusado, Juan Yancovich, que en aquella época era administrador de la mercantil Konos. Las acusaciones sostienen que ambos actuaron en connivencia a sabiendas de que ya estaba firmado el finiquito de fin de obra por trabajos que no existieron.

Boronat siempre ha defendido su inocencia y achaca esta querella a una venganza de su exsocio, el promotor ya fallecido Victor de la Serna, tras conocer que éste había negociado a sus espaldas con posibles compradores del edificio InTempo cuando empezaron los problemas económicos. La querella se presentó 13 meses después de la fecha de las certificaciones y después del enfrentamiento entre los principales promotores del proyecto.

La defensa de Boronat, el abogado penalista Francisco Regalado Rojas, incidió en que las obras del edificio continuaron con posterioridad a la firma del finiquito y que las cantidades reclamadas sí eran reales. Boronat en el juicio declaró que él no intervino en la firma de los finiquitos y que había entregas de hormigón en días posteriores a que se rubricara ese documento. Según sus argumentos, el hormigón tarda hasta 28 días en fraguar. En esta línea destacó en que los informes periciales en los que se apoyan las acusaciones no entran a valorar la realidad o no de la deuda y omiten tanto la contabilidad del año 2012 como las cuentas anuales de ese periodo, que es precisamente la fecha en la que ocurrieron los hechos. «En esos informes, se destaca que no hay ninguna irregularidad en las cuentas», dijo. El letrado destacó que era el otro socio, De la Serna, quien tenía la mayoría en las dos empresas.

La defensa de Yancovich, por su parte, ha incidido en que éste no tenía ninguna responsabilidad en la gestión de la empresa, a pesar de ser el administrador, y que su labor se limitaba a firmar las cuentas, sin tener beneficio alguna de la deuda que se reclamaba.

Las dos defensas han pedido también la expresa condena en costas a la acusación particular, que ejercen los herederos de uno de los socios de la mercantil.